¡Cuerpazo!
Las redes sociales y sus 'influencers' insisten en hacernos creer -a cada minuto- que el cuerpo perfecto es aquel que tiene un abdomen marcado; también unas piernotas y claro, un 'rabazo'. No me crucifiquen por usa esa palabra. ¡Bien que la pronuncian!
Después de probar millón dietas y privarme de mis helados y tortas semanales por un buen tiempo y hace varios años, y de entrenar por hasta tres horas diarias llegué a la conclusión -porque jamás apareció la famosa 'tableta de chocolate'- de que si hay un cuerpo perfecto es el mío. ¡Cuerpazo!
¿Saben por qué? Porque casi nunca se enferma; me lleva a mis lugares favoritos y se mueve al ritmo de mis géneros favoritos. También porque soporta mis caprichos: camina, corre, y sube y montañas.
Es perfecto porque se curó de un esguince de tobillo grado 2 y terminó con éxito su primera maratón en febrero pasado. Y ahora se prepara para otra 'locura'.
¿Qué hay del suyo? Estoy completamente segura de que también tienen un cuerpazo. Olvidémonos de los estereotipos establecidos por la gente que vive del fitness o por esas personas que luego del gimnasio corren al spa para masajearse y que cada cuatro o seis meses visitan al cirujano para extraerse la grasita.
Estrategias que por cierto casi nunca nos cuentan. Tampoco nos dicen que muchas de las fotos que comparten en redes sociales están retocadas.
¡Ojo! El hecho de contar con un cuerpazo no significa que debamos cruzarnos de brazos. Tenemos una armadura sana y fuerte porque la cuidamos a diario: la sacamos a caminar y la llevamos a bailar. También porque la alimentamos adecuadamente y porque de vez en cuando le damos un gustito; yo siempre vino y torta de zanahoria con café. ¡Delicioso!
Y ¿cómo iremos a esas citas? Pues empoderadas y empoderados. Dejemos de cubrirnos. Yo sé cuánto cuesta ponerse un top sin estar marcado o con un abdomen con estrías. Recuerden que soy mamá y que no usé cremas suavizantes. En ese momento tenía otras prioridades.
Aceptémonos con todos nuestros 'adornos'. ¿Para qué martirizarnos? Cuando den ese gran paso les juro que llegarán al gimnasio o la pista y podrán quitarse la camiseta y entrenar en top. Si alguien les queda viendo... súper; seguro entendieron nuestro mensaje. Nos amamos y las críticas ya no nos importan. Y si no les gusta... pues solo les queda mirar hacia otro lado.
¿Cuántas personas con cuerpazo por aquí?
Los leo en pgavilanes@elcomercio.com