Respirando Bienestar

Un espacio para hablar del bienestar que genera la práctica del ejercicio y la alimentación saludable en nuestro día a día. Aquí no hay espacio para solo el atún y la lechuga.

Paola Gavilanes. Blog Respirando Bienestar

Paola Gavilanes

Licenciada en Comunicación Social por la U. Central del Ecuador. Colabora con Grupo EL COMERCIO desde el 2007. Trabajó en la sección Deportes, Tendencias y Construir. Ahora escribe sobre BIENESTAR. Deportista aficionada y amante de la comida hecha en casa.

¡Adiós al peso extra y... a la menstruación!

Las dietas restrictivas o cambios bruscos en la alimentación alteran la salud física y mental de las personas. Foto: Pexel

Las dietas restrictivas o cambios bruscos en la alimentación alteran la salud física y mental de las personas. Foto: Pexel

La pandemia llegó y con ella el cambio de hábitos. Jessi -así llamaremos a la persona que me escribió a inicios de este mes- dejó el sedentarismo y empezó a ejercitarse. También modificó su plan de alimentación; menos productos ultraprocesados y más alimentos naturales. Borró de su mapa al pancito y a la leche. Incluyó quinoa y proteína aislada. Todo eso lo hizo con un solo propósito: alcanzar un estilo de vida saludable.

Hace un año -mediados de marzo del 2020- llegó el nuevo coronavirus al país y la consigna de muchos ecuatorianos fue la de fortalecer el sistema inmunológico para ahuyentar al virus o, en el peor de los casos, batallar con los estragos de esa indeseada enfermedad. Los médicos sugirieron activarse en casa e implementar una dieta equilibrada y saludable.

Al inicio, el covid-19 se sentía atraído por los adultos mayores y por las personas con problemas preexistentes como diabetes, obesidad e hipertensión; estaban entre los grupos más vulnerables.

Ahora, sabemos que el virus puede hospedarse en el cuerpo que se le antoje. Eso, en lugar de asustar, motivó a muchos. ¡Con nosotros no podrás, coronavirus!

Jessy ganó resistencia con las clases de una reconocida 'influencer' de Quito. Luego, cuando se sentía más fuerte, trabajó con pesas, también bajo de la dirección virtual de una profesora certificada. La activación fue progresiva hasta que alcanzó las dos horas y media diarias.

Las dietas restrictivas o cambios bruscos en la alimentación alteran la salud física y mental de las personas. Foto: Pexel

¿Los resultados? Mucha energía, músculos más definidos y más fuertes, menos masa grasa... y la ausencia total de su menstruación. Jamás me pasó esto a mí, pero sabemos que es fruto de los excesos. Cuando nos sobreentrenamos corremos el riesgo de lesionarnos, mientras que cuando restamos abruptamente macro y micronutrientes de nuestra dieta, además de suspender la menstruación, perdemos cabello y energía; nos irritamos con facilidad. Expertos también afirman que la relación con la comida se deteriora.

La clave para alcanzar un verdadero estilo de vida saludable es necesario entender que todos los extremos son malos. Que la proteína, los carbohidratos, las grasas, las vitaminas, minerales y antioxidantes son indispensables para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. También esos ‘pecaditos’. ¿Saben por qué? Fácil. Nos permiten mantener una correcta salud mental.

¿Qué sacamos con estar delgaditos si por dentro estamos afectados, sufriendo? Para evitar episodios de ansiedad -precisamente- tomo mi gaseosa cuando me voy a la playa o me como un pedazo de pan con mermelada y nata cuando hace mucho frío en este Quito bipolar.

Lo chévere de esta historia es que Jessi se dio cuenta de que algo andaba mal y paró. La menstruación le llegó luego de dos meses. Dice que se asustó y mucho. Ahora se toma las cosas con más calma. Lo más difícil lo consiguió, que es la fuerza de voluntad y gracias a eso continúa con sus activaciones.
Otra cosa, recuerden que varios de los problemas mencionados anteriormente se pueden prevenir con la asesoría de una nutricionista.

Busquen una de mente abierta. Hay muchísimas. Quédense con la que más confianza sientan.

¿Alguien más ha experimentado algo parecido?

Yo dejé de comer carbohidratos por un tiempo y perdí toda mi energía. Ahora los dosificó, según mis objetivos, y me mantengo atenta hasta casi las 23:00. Ya saben, las obligaciones.

Los leo en pgavilanes@elcomercio.com