La pro forma 2019 que envió el Ejecutivo a la Asamblea es, en términos generales, el anuncio de que la política económica tendrá cambios muy graduales en este Gobierno.
El monto de gastos de la proforma seguirá creciendo y se espera que llegue a USD 36 159 millones el próximo año, un 7% más respecto al 2018, pese a los leves esfuerzos por bajar los egresos en la masa salarial y la compra de bienes y servicios en el sector público. Se esperaba un esfuerzo mayor, ya que el Gobierno conocía que el 2019 debía destinar más recursos para pagar los intereses de la deuda pública, la mayor importación de derivados, el aporte estatal del 40% al IESS y las transferencias por efecto de la Ley Amazónica.
El Gobierno no reconoció todas las obligaciones con el IESS, lo cual le permite reducir el déficit fiscal a lo ofrecido, pero obliga al Seguro Social a tomar parte de sus ahorros para cumplir sus obligaciones con sus afiliados.
Del lado de los ingresos, la recaudación de impuestos se mantiene similar, mientras que los ingresos petroleros aumentan, básicamente por el mayor precio del crudo previsto para el 2019 y la mayor producción. El Gobierno considera que la concesión de activos estatales le rendirá USD 1 000 millones a partir del segundo semestre del 2019, aunque eso también lo estimó para este año y no ocurrió. Se espera que el trabajo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para optimizar el Estado rinda frutos en las próximas semanas.
Para la Pro forma 2019, Finanzas maneja varios supuestos, que no cambian en mucho el escenario del presente año, excepto por el tema petrolero. El aumento de la producción de crudo le permite al Gobierno calcular un crecimiento de 1,4% en el PIB, lo que significa que el resto de sectores, en promedio, se mantendrán en niveles similares a los de este año. Eso implica que la inversión privada aún no será en el motor de la economía, en un escenario de menor inversión pública.