El Gobierno lleva 15 meses en el poder, registra tres ministros de Finanzas y ninguno de ellos ha presentado un plan, lo cual demuestra que buena parte de la incertidumbre económica que existe en el país obedece a la propia indefinición del Régimen.
El riesgo-país de Ecuador cerró la semana pasada en 687 puntos, con una tendencia al alza desde finales del mes pasado. Este es uno de los factores que limita la emisión de nueva deuda pública -anunciada por el Gobierno-, pues debiera pagar una tasa de interés elevada: alrededor del 11%.
El indicador de riesgo-país, que evidencia la capacidad de pago de Ecuador de su deuda, tiene relación directa con el precio del petróleo. Si el precio cae, la capacidad de pago del país se reduce. Sin embargo, la cotización del crudo ecuatoriano ha permanecido en valores elevados, sobre USD 60 por barril. El viernes pasado, el crudo West Texas Intermediate (WTI) cerró en USD 67,7 por barril y eso deja al crudo ecuatoriano en unos 62, debido a que existe un castigo que ha oscilado entre USD 5 y 6.
Si bien el precio del crudo subió 40% en el primer semestre del 2018 respecto a igual período del año pasado, no es suficiente porque las necesidades fiscales son elevadas. Y uno de los mayores gastos del Gobierno -el subsidio al combustible- también ha crecido. El Gobierno calcula que este año serán USD 3 000 millones, cuando había proyectado 1 700 millones. En el primer semestre del año el subsidio a la importación de gasolina, diésel y gas fue USD 907 millones, lo que llevaría la cifra anual a unos 2 000 millones.
De todas formas, la cifra es tan importante que el Gobierno empezó a analiza la subvención a los combustibles. Pero cayó nuevamente en la indefinición. Descartó la revisión del subsidio al gas y diésel, luego dejó entrever que se enfocaría en la gasolina súper, y ahora es posible que incluya la extra y la ecopaís.
En estos días se espera una definición sobre la focalización del subsidio, pero sobre todo que esté articulada a un plan económico.