Aunque el Gobierno se limitó a señalar que la reducción de subsidios a las gasolinas y el diésel industrial tiene como objetivo reducir el déficit fiscal, el tema también pasa por corregir las ineficiencias en el sector energético y reducir la contaminación ambiental.
No es común que el Ministro de Trabajo haga una propuesta de incremento salarial en medio de una negociación entre trabajadores y empresarios en el Consejo Nacional de Trabajo y Salarios. Pero la semana pasada lo hizo y propuso un alza de USD 8.
El Gobierno parece decidido a realizar un mayor ajuste fiscal el próximo año: recorte de subsidios y de la masa salarial de la burocracia, pero no hay que olvidar que lo mismo dijo este año y no hubo mayores resultados. Es más, la masa salarial aumentó hasta noviembre pasado, lo que redujo el ajuste a una menor inversión en la obra pública, que es contraproducente porque profundiza la crisis. El bajo crecimiento del presente año (1,1% según la previsión del Banco Central) se explica principalmente por la reducción de la inversión pública. Del lado privado se observa una caída en la producción de azúcar, tabaco, productos químicos, vehículos y en algunos productos minerales no metálicos. También se registra un bajo desempeño en sectores como la pesca y la refinación de petróleo, debido a las reparaciones continuas de la refinería Esmeraldas. Para el siguiente año se pronostica un crecimiento económico del 1,4%, pero esa cifra tendrá que revisarse a la baja por dos razones: la producción
El viernes pasado, en Viena, la OPEP y sus aliados acordaron reducir su oferta de petróleo en 1,2 millones de barriles diarios por seis meses, a partir de enero del 2019, con el objetivo de apuntalar los precios del crudo. Ecuador, que volvió a ser miembro del cartel petrolero desde el 2007, apoyó ese ajuste pese a que va en contra de su programa petrolero.
El precio del barril de petróleo empezó a caer el mes pasado y buena parte de los asambleístas pensaron que tenían otro argumento para devolver la Pro forma 2019 al Ejecutivo. Les pareció que un precio de USD 58,29 era una proyección demasiada optimista para el petróleo ecuatoriano, como si alguien tuviera la capacidad para acertar en el precio.
Si piensa salir de compras en diciembre es importante que reflexione sobre lo que le está ocurriendo a fisco por ignorar las reglas de una adecuada planificación de recursos. A partir del manejo del dinero público se pueden obtener varias lecciones para los consumidores, sobre todo cuando los trabajadores públicos y privados en relación de dependencia están a punto de recibir un ingreso extraordinario, en diciembre.
La hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, la obra emblemática del anterior gobierno y la más costosa en la historia del país, está subutilizada y tiene observaciones sobre su construcción. El proyecto arrancó sobredimensionado. Los estudios sobre la hidroeléctrica señalaban que la potencia de la central podía bordear los 900 megavatios (mW), pero se terminó haciendo una de 1 500 mW, con base en un estudio de la Comisión Federal de Electricidad de México, que en un inicio dijo que podía llegar hasta 1 200 mW. Desde que la central Coca Codo Sinclair entró en funcionamiento, hace dos años, no ha podido producir a su máxima potencia de manera permanente. Y no podrá hacerlo porque no hay suficiente caudal en los ríos que abastecen a la central y tampoco se han realizado obras complementarias, como una potente red de transmisión que permita evacuar la energía del Coca Codo a ciudades como Guayaquil. De ahí que solo opera a un 60% de su capacidad. Tener una obra subutilizada es muy costoso, porqu
Hace pocas semanas, una empresa textil dejó de producir telas en el país y se dedicará a confeccionar productos con tela importada. Otras del sector farmacéutico desmontaron años atrás sus plantas en Ecuador y dejaron oficinas de distribución para abastecer el mercado con productos importados.
La pro forma 2019 que envió el Ejecutivo a la Asamblea es, en términos generales, el anuncio de que la política económica tendrá cambios muy graduales en este Gobierno.
Desde hace cuatro meses, los ministros del Gobierno comenzaron a hablar el mismo idioma en materia de comercio exterior.
Lo que el Gobierno y las empresas hagan o dejen de hacer hasta fin de año no cambiará el rumbo del 2018. En términos generales, la economía crecerá alrededor del 1%, la inflación será prácticamente nula, el déficit fiscal se reducirá algo, el mercado laboral seguirá estancado y no se prevén mayores problemas en el sector externo, gracias a los altos precios del petróleo, el buen desempeño de otros productos de exportación, las mayores remesas y la llegada de nuevo financiamiento, aunque menor a lo que se había planificado. El Gobierno sabe que un crecimiento económico del 1% es mediocre, pero lo justifica porque es el costo de poner la casa en orden. Necesitaba corregir el déficit fiscal y redujo la inversión pública, pensando que podía compensarla con la inversión privada. Eso aún no ocurre, pese a la aprobación de la Ley de Fomento Productivo, por lo que las autoridades esperan resultados a partir del 2019. Eso, sin embargo, dependerá de lo que se haga desde hoy y, en ese sentido, ha
La mayor riqueza de una persona no está en los bienes que posea sino en los conocimientos, las habilidades y la salud que acumule en su vida.
La inflación anual en septiembre pasado volvió a números positivos tras 12 meses. Y la principal explicación fue el aumento del precio de la gasolina súper, aunque la telefonía residencial y varios alimentos también se encarecieron.
La economía del país está estancada, pero no en todos los sectores. Las cifras del segundo trimestre del 2018, publicadas por el Banco Central el viernes pasado, muestran que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fue de apenas 0,9% en términos anuales, insuficiente para reducir el desempleo, el subempleo o la pobreza.
El Gobierno no necesita succionar más recursos del sector privado para cubrir sus necesidades fiscales, sino manejar lo que tiene –o incluso menos- de manera inteligente.
La sociedad ecuatoriana tiene la oportunidad de debatir un tema importante para la economía: el destino de los subsidios, que suman al menos USD 4 000 millones anuales, de los cuales cerca de la mitad se va en combustibles. Pero el solo anuncio de revisar los precios de los combustibles puso a la defensiva a representantes empresariales, sindicales y políticos. Unos advierten de una pérdida de competitividad y otros organizan protestas porque sería un regreso al neoliberalismo, lo que contribuye poco al debate.
El Gobierno lleva 15 meses en el poder, registra tres ministros de Finanzas y ninguno de ellos ha presentado un plan, lo cual demuestra que buena parte de la incertidumbre económica que existe en el país obedece a la propia indefinición del Régimen.
El Gobierno está decidido a focalizar el subsidio a los combustibles, pero irá despacio. Por ahora no tocará las subvenciones al gas y al diésel, que representan el 67% de los subsidios a los combustibles importados.
La teoría dice que los subsidios eficientes deben estar dirigidos a los grupos vulnerables y deben ser temporales, mientras los beneficiarios consiguen mejorar su nivel de vida.
Las autoridades del Gobierno entraron en conflicto la semana pasada, a raíz de la publicación de las cifras de empleo de junio del presente año. El Ministro de Trabajo sostuvo que 300 000 contratos nuevos se registraron entre junio del presente año y el mismo mes del año pasado. Pero, el INEC publicó un nuevo reporte que muestra un estancamiento en el mercado laboral en igual período.