Editor deportivo
Twitter: @titorosalescox
Los árbitros siempre terminan favoreciendo a uno que otro equipo. De eso no hay duda. Sus aciertos y errores se convierten siempre en una murmuración que supuestamente se inclinan a los clubes de mayor influencia en la sociedad. Eso sucede aquí y fuera del país.
Lo que sí es descarado, es que sus decisiones pasen a ser determinantes en el resultado de un partido. Eso origina desconfianza por la supuesta imparcialidad de impartir justicia en una cancha. Omar Ponce se equivocó en el juego entre Aucas y Emelec, ayer. Sancionó solo uno de los dos penales. Pero él, no es el único culpable porque el juez de línea, que estaba cerca de la acción, no le avisó de la acción polémica que desencadenó la suspicacia del supuesto favoritismo de Ponce hacía Emelec.
Es necesario que la Ecuafútbol, a través de la Comisión de Arbitraje, le ponga más atención a los partidos, no solo en la Serie A, también en la B y en el Zonal de Ascenso, donde se disputan los títulos y los cupos de clasificación. Una forma para evitarse conflictos entre los clubes es que incluya más veedores especiales de árbitros y que en el futuro la LigaPro, también, proponga los asistentes de área (dos jueces más, que se sitúan en la línea de gol).
Los árbitros por naturaleza deben ser imparciales, están en la obligación de no inclinarse a equis equipo. La independencia es esencia del ‘fair play’. Favorecer a unos y perjudicar a otros, evidencia un juego desleal que tiene que ser desterrado.