La organización médico-humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) denuncia el trato inhumano al que se somete a las personas devueltas a Níger desde las fronteras con Argelia y Libia, e insta a que se respete la dignidad humana en el control de fronteras.
De enero a mayo de 2022, MSF documentó la devolución de 14 196 personas migrantes desde Argelia, de las cuales 6 749 eran extranjeras, 139 eran mujeres, y 30 eran niñas y niños. Cada mes son devueltas desde Argelia y Libia una media de dos mil personas —entre ellas hay heridas graves, supervivientes de violencia sexual y casos de traumatismos graves— que son abandonadas en medio del desierto en la frontera entre Argelia y Niger, en un lugar llamado “punto cero”, a 15 km de la ciudad de Assamaka.
Casi el 70 % de las personas que recibieron atención médica afirman que fueron objeto de violencia y de todo tipo de actos denigrantes por parte de los guardias argelinos y libios.
“La gravedad de los abusos cometidos contra las personas migrantes es incuestionable. Los testimonios de nuestros pacientes y el estado de salud física y mental en el que se encuentran al llegar a nuestros centros médicos demuestran que han vivido un infierno durante su devolución desde los territorios argelino y libio”, afirma Jamal Mrrouch, jefe de misión de MSF en Níger.
En 2021, 27 208 personas que intentaban llegar a Europa por la ruta del Mediterráneo fueron devueltas de Argelia en condiciones inhumanas y trasladadas a Assamaka, en la frontera con Níger. En 2020, el número de devoluciones fue de 23 171, lo que se traduce en un aumento del 17,40 % en 2021 con respecto al año anterior.
A raíz de las acciones llevadas a cabo por la UE para frenar el flujo migratorio, esta ruta se ha vuelto más peligrosa, ya que tanto las personas que migran como los traficantes tienden a utilizar corredores en zonas desérticas y excesivamente peligrosas con el fin de evitar los controles. Todo ello facilita, aún más, la explotación de las personas migrantes por parte de los traficantes.
Dada la situación irregular de estas personas, el acceso a los servicios básicos, incluida la atención sanitaria, entraña grandes dificultades. Desde 2018, los equipos de MSF organizan misiones de rescate periódicas para ayudar a las personas migrantes que están perdidas o que han sido abandonadas en el desierto. Mediante el apoyo a varios centros de salud integrados y clínicas móviles en la región de Agadez, los equipos de MSF proporcionan atención sanitaria gratuita, apoyo psicosocial, derivaciones médicas de los casos complicados y evacuaciones de emergencia. En 2021 se hicieron más de 47 000 consultas médicas, de las cuales 34.276 fueron de salud mental. Además, un total de 38 personas fallecidas fueron identificadas entre 2020 y 2021.
Ante esta alarmante situación, MSF insta a las autoridades regionales y a sus socios a encontrar soluciones dignas, urgentes, adecuadas y duraderas como respuesta al sufrimiento de las personas migrantes que han sido devueltas desde Argelia y Libia al desierto del Sahel.
“Nuestro objetivo no es solo alertar sobre la situación que sufren las personas migrantes. Nuestro deber, como actor humanitario a la vez que testigo del terrible sufrimiento de miles de personas migrantes en la región del Sahel, es denunciar esta tragedia”, explica Jamal Mrrouch. “Además, debemos hacer un llamamiento a las autoridades implicadas, a la Unión Europea y a otros actores humanitarios para que tomen medidas inmediatas que respeten la dignidad humana en el control de fronteras. No podemos seguir ignorando esta situación y seguir pensando que el problema se resolverá solo”.