Historias sin fronteras

Médicos Sin Fronteras (MSF) es una organización médico-humanitaria de carácter internacional e independiente que brinda asistencia de emergencia a poblaciones víctimas de catástrofes de origen natural o humano, de conflictos armados, de epidemias y de otras situaciones de exclusión de la salud, sin ninguna discriminación por raza, religión o ideología política. @MSF_Argentina - Sitio Web: www.msf.org.ar - Foto: Jesus Abad Colorado.

Níger: la respuesta de la comunidad humanitaria no está a la altura de la crisis en Diffa

Primeras oleadas de desplazados.  En mayo de 2013, Nigeria decreta el estado de emergencia en los estados de Adamawa, Borno y Yobe, en el noreste del país y lanza una ofensiva contra Boko Haram. Una primera oleada de personas busca refugio en la región de

Primeras oleadas de desplazados. En mayo de 2013, Nigeria decreta el estado de emergencia en los estados de Adamawa, Borno y Yobe, en el noreste del país y lanza una ofensiva contra Boko Haram. Una primera oleada de personas busca refugio en la región de

A pesar de haber salvado miles de vidas, dinámicas internas del sistema humanitario así como restricciones de seguridad socavan el despliegue de una respuesta temprana, flexible y suficiente para los cientos de miles de afectados por el conflicto en Diffa.

La región de Diffa, en el sureste de Níger y fronteriza con Nigeria y Chad, sufre desde el año 2014 las consecuencias del conflicto entre Boko Haram y los ejércitos de la zona. En la últimas semana, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha asistido a centenares de nuevos desplazados por ataques a sus comunidades atribuidos a Boko Haram.

Según las autoridades locales, actualmente hay más 250 000 desplazados en la región –entre refugiados, retornados y desplazados internos–, y 100 000 personas más viven en una situación de extrema vulnerabilidad; se estima que tres cuartas partes de esta población dependen totalmente de la ayuda humanitaria para sobrevivir.

Sin embargo, el sistema humanitario en Diffa ha fracasado a la hora de alcanzar un nivel razonablemente efectivo en su respuesta a esta emergencia, según se extrae de un informe realizado por MSF. Este fracaso se debe principalmente a tres razones: la ineficaz coordinación y priorización de las necesidades entre actores humanitarios, la incapacidad de pasar rápidamente de un enfoque de desarrollo a uno de emergencia, y los límites en el acceso a algunas poblaciones.

“La ayuda humanitaria en Diffa ha salvado la vida de decenas de miles de desplazados, y sigue ayudando a sobrevivir a cientos de miles de personas, tanto desplazadas como locales”, explica Jon Edwards, autor del informe de MSF. “Sin embargo, los criterios de éxito en este campo tienen que ser muy exigentes, no podemos conformarnos con que las poblaciones eviten la muerte”.

La financiación de la ayuda humanitaria en Diffa es insuficiente y la competencia entre actores para acceder a los mismos fondos no ha facilitado la coordinación entre los mismos. Varias organizaciones han reclamado que cubrían una necesidad específica en un lugar determinado, sin tener capacidad real para asumirla, en vez de trabajar conjuntamente para asegurar una respuesta conjunta efectiva. Esta falta de coordinación se ha agravado por la falta de un liderazgo adecuado capaz de prever las necesidades y movilizar a los diferentes actores para cubrirlas.

Por otra parte, la respuesta humanitaria existente en Diffa antes de la crisis con un enfoque de desarrollo ha ralentizado, e incluso anulado, la temprana reacción para hacer frente a una gran emergencia donde son necesarios otro tipo de intervenciones. Por ejemplo, ha habido una gran reticencia a eliminar los costes que los enfermos deben pagar para acceder a la atención sanitaria aunque son un claro impedimento para asegurar el acceso a la salud, especialmente durante una crisis.

Por último, las limitaciones de acceso por parte de las autoridades locales, argumentado razones de seguridad, así como las autoimpuestas por las organizaciones humanitarias y agencias de la ONU, con criterios incluso más severos, pueden haber dejado sin atención humanitaria a muchas personas necesitadas.

“A pesar de las dificultades que tiene la comunidad humanitaria en Diffa, es imprescindible que trabajemos más y mejor a la vista de las grandes necesidades de la población. En los campos de desplazados informales, necesidades muy básicas están sin cubrir y los desplazamientos continúan”, explica Mari Carmen Viñoles, responsable de proyectos de MSF de Níger. “Muchos desplazados han sido acogidos por la población local así que la gran mayoría de la población en la región está en una situación de extrema vulnerabilidad y depende de la ayuda externa”.

Según la ONU, dos de cada tres desplazados en Diffa se han visto obligados a huir más de una vez. Ante esta crisis, la comunidad humanitaria debe ser capaz de innovar y adaptar su respuesta para encontrar soluciones para las poblaciones afectadas.


Siete momentos del conflicto en Diffa

Primeras oleadas de desplazados.
En mayo de 2013, Nigeria decreta el estado de emergencia en los estados de Adamawa, Borno y Yobe, en el noreste del país y lanza una ofensiva contra Boko Haram. Una primera oleada de personas busca refugio en la región de Diffa, en Níger, separada del norte de Nigeria solo por el río estacional Komadougou. La llegada de desplazados se intensifica a medida que se degrada la situación en Nigeria. Foto: Sylvain Cherkaoui/ Cosmos for MSF

MSF llega a Diffa para responder al cólera
A finales de 2014, MSF lanza una intervención para responder a un brote de cólera en Diffa. La organización presta asistencia en varios centros de salud, donde se concentra un importante número de personas desplazadas. Desde ese momento y hasta hoy, la organización adapta su intervención para responder a las crecientes necesidades de la población desplazada. Foto: Sylvain Cherkaoui/ Cosmos for MSF

Primer ataque en Níger.
En febrero de 2015, Boko Haram ataca simultáneamente las ciudades de Diffa y Bosso, en la región de Diffa. Los ataques provocan que un gran número de organizaciones de ayuda no puedan llegar a determinadas zonas de la región consideradas peligrosas, y provocan oleadas de desplazamientos internos, incluyendo el de las comunidades refugiadas o retornadas. Foto: Sylvain Cherkaoui/ Cosmos for MSF

Evacuación del lago Chad.
En abril 2015, después de un ataque de Boko Haram que causa más de 100 víctimas entre las fuerzas de seguridad nigerinas, las autoridades militares ordenan la evacuación de las islas del lago Chad, obligando a desplazarse a cerca de 30 000 personas en pocas horas. Foto: MSF

Intensificación de los ataques.
Durante los últimos meses de 2015, los ataques de Boko Haram sobre las comunidades se agravan, provocando cada vez más desplazamientos internos con importantes consecuencias humanitarias. Foto: MSF

Momentos de calma y picos de violencia.
A principios de 2016, parece dibujarse una cierta calma, a pesar de que persisten picos de violencia. Algunas comunidades se estabilizan, lo que permite una intensificación de la asistencia humanitaria, pero muchos desplazados se hallan en zonas de muy difícil acceso. Foto: MSF

Ataques en Bosso.
En junio de 2016, Boko Haram ataca varias localidades del distrito de Bosso y 40 000 personas, según las autoridades, se ven obligadas a huir. Para muchas de ellas no es la primera vez que deben ponerse en marcha. La mayoría se asienta en dos campos, Kintchandi and the Garin Wanzam, cerca de la principal carretera de la región. Foto: Anne Boher

Proyecto: 'Brecha en la ayuda de emergencia' (Emergency gap)

Este informe sobre Diffa forma parte del proyecto de MSF “Brecha en la ayuda de emergencia” (Emergency gap) que tiene como objetivo analizar la ausencia de una respuesta de emergencia efectiva y significativa en la fase aguda del conflicto armado, en un momento de crecientes niveles de crisis y necesidades humanitarias.

https://emergencygap.msf.es