A fines de abril de 1932, la prensa de Nueva York registraba, con el entusiasmo del público, la visita de una dama inglesa de ochenta años de edad: Alice P. Hargreaves. Días después, la distinguida visitante recibía un grado de la Universidad de Columbia, en honor a la “niñita cuyo encanto mágico” había producido “tanto deleite a la humanidad”.‘Alicia en el nuevo país de las maravillas’ fue el titular del New York Herald Tribune, al informar sobre la extraordinaria recepción que aquella nena de ochenta años tuvo en Estados Unidos.
Fueron diez minutos de escenas extraordinarias, transmitidas por radio y televisión en cadena el sábado anterior. Rodeado de cercanos colaboradores, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, la emprendió entonces contra la revista Semana, en respuesta a una caricatura de Vladdo y a los ‘Microlingotes’, de Óscar Alarcón. Y extendió sus ataques, con alusiones a una “oligarquía [...]de 200 años”, a una “campaña” contra Venezuela y su Gobierno “en todos los medios”, que se “desarrolla en toda Colombia”.
El Tiempo, Colombia, GDA Siempre asocié los carnavales con la música del trópico. Cumbia y merecumbé. Salsa y samba. Merengues y vallenatos. En alguna ocasión gocé del bajo de Oscar de León, en vivo. He participado en danzas del garabato. Y tengo recuerdos de una madrugada memorable bailando en busca de mis zapatos blancos. ¿Dónde están?
“Es hora de que se sienten a dialogar”, observó el editorial de El Espectador al día siguiente del triunfo electoral de Santos.
"La democracia está pasando por tiempos difíciles", observó la revista The Economist en un ensayo publicado a comienzos del mes ('What's gone wrong with democracy', 1-3-14). Hubo, sin duda, peores tiempos en el siglo pasado, como las décadas que antecedieron a la Segunda Guerra Mundial. Pero, sin ser catastrófica, la advertencia de The Economist es oportuna.
Sus enemigos creyeron condenarlo como un filósofo para estudiantes de bachillerato. Y es cierto. Los libros de Albert Camus mantienen una enorme popularidad entre la población joven en muchos rincones del mundo. En Inglaterra, por ejemplo, L'Étranger -una de sus más aclamadas novelas- es un texto central para quienes toman el examen de cultura francesa en su último año escolar.
A novelistas y poetas les ha dado por ensalzar a veces su oficio denigrando a otros. Primero, Gabriel García Márquez la emprendió contra los historiadores, hace ya algún tiempo. Otros, después, se lanzaron contra politólogos y economistas. Ahora les tocó el turno a los columnistas ser blanco de quienes reclaman, de tiempo en tiempo, la superioridad moral de la ficción sobre cualquier género del oficio de escribir.
Se le apareció en forma de "pajarito chiquitico". Y después de haberle silbado "un ratico" el mensaje parecía diáfano: "Yo sentí el espíritu de él, yo lo sentí dándonos una bendición, diciéndonos: 'hoy arranca la batalla, vayan a la victoria'. "El espíritu en forma de "pajarito" era el de Hugo Chávez.
A fines de octubre de 1923 tuvo lugar una reunión secreta del politburó soviético en el Kremlin de Moscú.