El guapo de la barra

Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO.

Alejandro Ribadeneira

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Es periodista desde 1994. Colabora con el Grupo El Comercio desde el 2000 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente ocupa el cargo de Editor Vida Privada.

Las 5 lecciones que el Bolillo, ojalá, haya aprendido tras perder ante EE.UU.

Alejandro Ribadeneira, Comentarista, @guapodelabarra

No seamos tan duros con Hernán Darío Gómez. Démosle un espacio para que aprenda, porque en el fondo, al menos en la concepción filosófica, tiene razón: nunca hay que dejar de aprender en esta vida. Así que, luego de ver el horrible juego con Estados Unidos en Orlando, estas son las cinco lecciones que se pueden aprender:

-El error de jugar con suplentes
La falta de continuidad siempre genera un problema, por más superatleta que el jugador sea. Ecuador enfrentó a Estados Unidos con un puñado de suplentes y/o recién recuperados de lesiones que fallaron bastante. Bolillo cree que en el Ecuador actual podrá encontrar a un Edwin Tenorio, quien podía rendir como perro de presa a pesar de que no tenía equipo. Pero no estamos a fines del siglo XX y ese tipo de jugador no existe. Por eso, el arquero de la selección debe ser titular en su club. Lo mismo pasó con Antonio Valencia, que tuvo dificultades para conectarse con sus compañeros, pero sobre todo con ‘Hormiga’ Paredes, que lució casi desesperado. Quizás el esquema del entrenador pueda resistir con un habitual suplente, pero llenarse de gente sin continuidad es dar mucha ventaja.

-Aférrate a quien te quiera como los DT quieren a Gruezo
Es un misterio el porqué, desde Reinaldo Rueda, los entrenadores de la Tricolor llaman a Carlos Gruezo, si jamás ha tenido un buen partido. Ante Estados Unidos, su labor consistió en retroceder y retroceder la pelota, y daba la impresión de que, en lugar de pedir el pase, se escondía. En el gol, es verdad que Gabriel Achilier rifó el balón; pero Gruezo debió tapar la línea del pase hacia Zardes, el autor del gol, pero hizo lo que no debía: lanzarse a presionar, llegó tarde y dejó expuesta su zona. Gruezo es la lección más importante que el ‘Bolillo’ debe haber aprendido: hay mejores en su puesto.

-Ser defensivo es legítimo, pero faltan intérpretes
Ecuador fue conservador ante Estados Unidos. Eso, aunque no les guste a los fanáticos del ataque a ultranza, es legítimo porque existen muchas maneras de ganar y defenderse es un método válido. Poblar con volantes de corte el medio campo trae beneficios y problemas, como todo esquema. La clave está, como siempre, en los jugadores. El entrenador, al parecer, no encontró a los adecuados. Defenderse con la pelota es mejor pero la Tricolor no la tuvo. Por eso, Ecuador lució mal ante Estados Unidos, un equipo que también ha sufrido un notable bajón luego de que en algún momento llegó a estar entre los 10 mejores del mundo, según el ranking FIFA. No es el gran equipo, como dijo Bolillo, y el gol es una cortesía de la defensa ecuatoriana.

-Buenos jugadores en todas las líneas
Complementando lo anterior, siempre es necesario un atacante de oficio, incluso cuando la prioridad en defenderse. Los esquemas conservadores son para sostener resultados, pero ¿qué resultado hay que sostener en un amistoso en el inicio? ¿Por qué salir a aguantar el 0-0, si el rival no es Francia ni España? Sí, un amistoso es una prueba, de todos modos. Lo ideal era hacer la prueba también con los delanteros. La mala suerte quiso que Enner Valencia esté ausente y que Felipe Caicedo no esté disponible. Resignarse a la improvisación del falso 9 y luego mandar al ruedo a Leonardo Campana, quien jamás ha sido titular en Primera, es un demérito del proceso.

-El que se pica, pierde
El ‘Bolillo’ está ultra-sensible. Ya habla de que hay gente en contra suya y de la Tricolor, lo cual no es cierto. Ya suelta adjetivos como “ignorantes”. Pero debe entender que la realidad ha cambiado. Para empezar, a diferencia del 2002, ahora hay redes sociales que amplifican el malestar. El hincha ecuatoriano, en parte gracias al mismo Bolillo, dejó de ver a su Selección como un equipo a priori perdedor. El hincha ecuatoriano, en parte gracias al mismo Bolillo, dejó de creer que cuando la Tricolor perdía 2-0, era un gran resultado. Ya no. Por eso, su insistencia en un discurso realista es interpretada como un salto al pasado, y eso lo perjudica. Sí, es difícil encontrar el punto medio entre no vender falsas expectativas y tampoco ser pesimista. Y puede que tenga razón, que para este año la Copa América resulte un reto enorme para el fútbol ecuatoriano de este momento. Pero de eso se trata, de avanzar y de encontrar la manera de que se compita con dignidad. Mantener el discurso del aprendizaje no suena coherente luego de que Ecuador tiene tres clasificaciones a los mundiales, al igual que el Bolillo como entrenador titular. En todo caso, el mismo Bolillo ha asegurado que irá con lo mejor a la Copa América. Si no llama a los mejores y el resultado es nefasto, entonces sí perderá su crédito ante sus defensores.