El guapo de la barra

Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO.

Alejandro Ribadeneira

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Es periodista desde 1994. Colabora con el Grupo El Comercio desde el 2000 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente ocupa el cargo de Editor Vida Privada.

Mundial: Día 2. Entre la debacle del tiqui taca y el éxtasis de Holanda

Pocas veces se presencia el hundimiento de un imperio. Es un privilegio. Las reglas indican que cuando cae una potencia otra toma su lugar. Por lo pronto, parece que el dominio del ¿lindo? futbol estilo ping-pong de España no da para más. O al menos está herido de muerte y harían bien en tener listos los santos óleos.

El tiqui-taca, esa enervante manera de jugar y que un despistado alguna vez quiso catalogarla como ‘arte-fútbol’, ha sido basureada con crueldad sin precedentes. Bueno, ya hubo un enorme aviso en la Copa de las Confederaciones del año pasado cuando un Brasil muy europeo en su desempeño batió por 3-0 a los españoles, presuntos herederos ilegítimos de Pelé, Zico y otros fantasmas. Pero Holanda, más que batirlos, los hizo pedazos. Los vejó. Prácticamente los regresó al pasado, que es castigo más doloroso para un campeón.

Es un poco temprano para saber ni esta punzante Holanda que ha construido Van Gaal (un fénix que ha renacido de las cenizas de su anterior fase de descrédito, quién creyera) tomará el lugar de España, llegará a la final y hará trizas no solo a los rivales sino a las quinielas mundialistas de las oficinas. Pero es verdad que ni la Holanda del venerable Cruyff se impuso tan apabullantemente a un campeón reinante y menos a un equipo que llevaba la voz cantante del fútbol de su época. La derrota de España es también la derrota del FC Barcelona, de Guardiola y de una era.

Bueno, al menos esto nos pone a hablar un poco de fútbol, pues los árbitros y esos eternos errores ya estaban empezando a ser el tema inevitable. Casi arruinan este segundo día cuando anularon dos goles legítimos a México. ¡Dos! Pero la victoria de Holanda borró todo de golpe. Es un hito tan grande que ni vale la pena hablar de este Chile ¿sobredimensionado? que le ganó a una Australia que imparte más ternura que temor. Hoy ha caído España. Ha caído la posesión de la pelota y todo el discurso de que tenerla, amarla y poseerla era lo más preciado para un equipo. Ha caído la ideología más legendaria del siglo XXI.