A la espera de las semifinales, está circulando un interesante pero algo desenfocado artículo de Rubén Darío Buitrón sobre Luis Chiriboga y Reinaldo Rueda. En líneas generales, plantea una verdad: tanto el presidente de la Ecuafútbol como el entrenador de la Tricolor deberían venir al país a dar la cara por el fracaso en Brasil, en lugar de seguir disfrutando de las caipiriñas del Mundial.
Ha sido vergonzoso que los jugadores hayan sido los que deban afrontar ante el público la obligación de dar explicaciones en lugar de los líderes. Caso curioso es el del capitán Antonio Valencia, quien tampoco ha dicho nada a pesar de ser uno de los que peor jugó y que también es eso, un líder. O a lo mejor ya no. Bueno, eso se verá con el tiempo.
Sin embargo, el texto incurre en serios problemas de análisis y prejuicios que no deben repetirse porque en lugar de aportar luz al tema, lo oscurecen. Revisémoslos:
1. Buitrón empieza mal al expresar que la FIFA es un organismo tenebroso y que ha contagiado de sus mañas a Chiriboga. Pero, ¿qué es lo tenebroso exactamente? La FIFA es la versión futbolera de los que odian al FMI o al Banco Mundial, un simple chivo expiatorio del fracaso propio. Si mi equipo perdió por un penal mal pitado, es culpa de la FIFA por designar “mafiosamente” a un juez teledirigido para que otro sea el campeón. Típico. Además, ya está generalizada la leyenda de que la FIFA es un ente ‘mafioso’. Pero, ¿qué hace de mafioso la FIFA?, ¿acaso secuestra, mata, viola mujeres, extorsiona a los tenderos, pone peajes a los taxistas? No, nada de eso. Los funcionarios corruptos de la FIFA que han sido detectados son eso, gente tramposa que merece un juicio por sacar provecho de su posición. Pero, ¿mafia orquestada al estilo de la Cosa Nostra?, ¿tenebrosos? Nada que ver. Son solo paparruchadas de los que no saben cómo funcionan de verdad las cosas. La FIFA es un organismo internacional privado que pone las reglas de los torneos, las cambia o las anula según sus intereses, como cualquier entidad. Si a alguien no le gusta, pues que funde su propia organización. Por eso, Mujica se equivoca enormemente con su vengativa frase en que califica a los miembros de la FIFA como “mafiosos hijos de puta”. Un exabrupto jocoso pero que no se compadece con la realidad y que demuestra que este gran líder no sabe nada de fútbol.
2. Buitrón junta el pasado socialcristiano de Chiriboga con sus errores del presente. Pero Chiriboga dejó de ser socialcristiano en el 2001, luego del balazo al ‘Bolillo’, cuando se lo mencionaba como vicepresidenciable del PRE. Además, ahora es un defensor del Gobierno, a tal punto que apoyó la Ley de Comunicación. El presidente Rafael Correa lo ha respaldado y lo calificó como “gran dirigente”, y muchos piensan –pensamos- que el equipo nacional estaba transformándose en el equipo de Correa, con tanto almuerzo y homenaje anticipado. En otras palabras, Chiriboga es reciclado de la partidocracia por la actual fuerza política dominante. Cuando acierta, es verde-limón. Cuando falla, es que ha sido socialcristiano. Ni lo uno ni lo otro.
3. Buitrón enumera una serie de cuentas por las que Chiriboga debe responder, pero no todas son válidas. Primero, porque ya dio su versión de por qué eligió a Rueda, un asunto básicamente monetario, por lo que traer a Pekerman –quien tiene pasado en Colombia- era descabellado. Además, Rueda no es exactamente un perdedor pues quedó tercero en el Mundial juvenil del 2003, el mejor puesto de un DT colombiano de toda la historia, y ganó el torneo de Toulon, y estuvo en un Mundial de adultos al mando de un equipo que debía afrontar la ultradifícil eliminatoria de la Concacaf . Chiriboga tampoco puede responder por las malas decisiones de Rueda en el Mundial, pues eso es competencia del entrenador. Otra se refiere a la razón por la que Chiriboga se quedó en el Mundial y no regresó. Es obvia: los miembros de la FIFA disfrutan del Mundial que organizan, para eso lo hacen. Los jugadores volvieron para estar con sus familias y tomar vacaciones, y otros porque sus clubes los están esperando. En cambio, sí es razonable y hasta higiénicamente necesario que Chiriboga despeje las acusaciones de que la FEF negoció entradas de cortesía, se maltrató a los invitados y también que aclare los alcances de su influencia en la convocatoria de los jugadores y la órbita en la que se mueve Vinicio Luna. Su credibilidad está por el piso y, si en realidad le interesa levantarla, pues debería dejar las caipiriñas y hablar.
4. Buitrón le cree mucho a Rodrigo Paz y Esteban, pero no hay que perder de vista que ellos son ‘viudas de poder’ y sus versiones también deben ser tomadas con pinzas en lugar de entrecomillarlas generosamente. Se tienen pica y lo mejor es guardar distancias porque los dos bandos tienen razón pero también han fallado mucho.
5. Todo lo que Buitrón le pide a Rueda que conteste es correcto. Debe hacerlo si desea seguir como entrenador en Ecuador, aunque lo mejor para él sería acabar con esta historia y dar paso a otro colega. No tiene respaldo de los dirigentes de los clubes ni de los hinchas.
6. Sin embargo, la verdadera pregunta que debe afrontar Chiriboga es esta: ¿por qué ha permitido que el fútbol ecuatoriano caiga en una crisis financiera tan peligrosa que amenaza con la misma supervivencia del fútbol? A estas alturas, es notorio que el cambio de reglas en los derechos de televisión (básicamente se pasó de los canales ‘opositores’ a los ‘incautados’ o ‘afines’) no ha ayudado a los clubes a armar equipos atractivos ni mucho menos a fomentar las divisiones menores. En el fondo, lo del Mundial puede ser anecdótico pero lo grave, lo realmente preocupante es la inacción de la Ecuafútbol ante la crisis de liquidez y de formación de valores. Clubes con deudas de 20 millones de dólares, con seis meses sin pagar sueldos y con divisiones menores estancadas por falta de implementos y hasta de nutrición nos condenarán al desastre. El fútbol se siembra en los niños y a simple vista no se vislumbran los cracks del futuro.
Lo de Costa Rica es digno de imitar pero no solo por el entrenador Pinto (otro colombiano) sino por un proceso que supera a este estratega: los ticos llevan asistiendo seguido a Mundiales Juveniles. ¿Y Ecuador? Ahí está la gran deuda de la era de Chiriboga: semillas que luego no germinaron. Son pocas, poquitas las que florecieron y les faltó el roce necesario.
7. ¿La crisis se resolverá con la salida de Chiriboga? Quizás, pero no es cuestión de nombres sino de cabezas. Sería peligroso que su puesto sea tomado por un dirigente que responda primero al Gobierno de turno que a los clubes o que haga lo mismo que Chiriboga. Los equipos son la razón de ser del fútbol y ellos deberían reorganizarse para salvarse.
El artículo de Rubén Darío Buitrón está aquí: La oscura táctica de Chiriboga y Rueda de no dar la cara por el fracaso de la Tri en Brasil 2014