El guapo de la barra

Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO.

Alejandro Ribadeneira

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Es periodista desde 1994. Colabora con el Grupo El Comercio desde el 2000 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente ocupa el cargo de Editor Vida Privada.

Los grandes ganadores que deja el triunfo en Buenos Aires

Después de las celebraciones, los oportunistas golpes en el pecho con exclamaciones como “yo siempre confié en la Selección” y demás espasmos de la bipolaridad, la cual ha pasado de la indiferencia al festejo desbordante, es momento de preguntarnos cómo hay que tomar realmente el triunfo en Buenos Aires.

¿Es el pistoletazo de salida de una campaña brillante que acabará en el Mundial, el nacimiento de un proceso glorioso y bendecido por Niké, la diosa de la victoria? ¿O será solo una anécdota, una ilusión, una anormalidad, una excepción dentro de la enorme crisis del fútbol de Ecuador?

Me temo que este triunfo será algo más cercano a lo segundo, por más que Ecuador haya ratificado lo que ya sabíamos sobre el equipo, lo suficientemente competitivo para pelear por la clasificación. Por lo pronto, la magnitud del triunfo (se le ganó al primero del ranking FIFA, se le ganó en su casa, se le ganó superándolo en todas las líneas…) genera una lista de ganadores que enumero a continuación.

Gustavo Quinteros:

El Monumentalazo le otorga un crédito enorme a su trabajo, de eso no hay duda. Luego de la anodina Copa América y de algunos manejos controversiales, nada mejor que un contundente golpe de efecto para silenciar el coro que le reclamaba por detalles como las convocatorias de jugadores lesionados, la elección de ciertos nombres por otros y demás aristas que ahora se ven como tonterías, superficialidades. Ganar el Argentina lo eleva más alto que cualquier señalamiento y de la da derecho a seguir tomando decisiones a su antojo. Si quiere ‘emelizar’ a la Selección, ¡que lo haga! Aunque de todos modos a Argentina se le ganó con la vieja receta del Ecuador de Luis Fernando Suárez: potencia por las bandas, los puntas chocando con los centrales, contragolpes con el 9 siguiendo al que acarre la pelota por los costados… Lo mejor de Emelec, Miller, no fue lo más destacado del plantel.

Antonio Valencia:

No pierdan el tiempo leyendo a Walter Riso, Paulo Coelho o Manuales de Superación. No vean ‘El desafío de los Gigantes’. Mejor vean a Antonio Valencia, que pasó de un infernal 2014 (el mal Mundial, la roja ante Francia, los líos de los premios, el desamor de los hinchas, su capitanía cuestionada, su suplencia en el Manchester United…) a un 2015 pletórico, fenomenal, de resurgimiento napoleónico. Es el más grande de la historia y eso se debe, más que a su innegable talento, a su enorme poder de determinación.

Felipe Caicedo:

Muchos alaban el tranco de Valencia para el segundo gol, pero pocos reparan en que Felipao recorrió la misma distancia, a la misma velocidad y con un argentino colgándole de la oreja, al que dejó atrás. ¡Y pensar que se lo daba por descartado cuando Enner apareció!

Pedro Quiñónez:

Es otro que disfruta de una poderosa reivindicación. Marginado del Mundial y cuestionado por sus desmayos y sus rojas, no desentonó en Buenos Aires. Se ha ganado un puesto, el derecho a que lo sigan convocando. Ya dejen de hacerle memes.

Marathon Sports:

El estreno de la décima camiseta del fabricante nacional no pudo ser más apoteósico. Después de la tormentosa trayectoria de la novena, esta versión se ganó un lugar en la historia. Tranquilos, no se amontonen. Hagan fila, que hay para todos.

Luis Chiriboga:

El líder de la Ecuafútbol ha tenido una alegría en medio de un tremendo 2015. Con esto, matiza la Copa, el impresentable Mundial femenino, los relajos por los juveniles y la crisis de liquidez. Chiriboga es la Selección y la Selección es Chiriboga. Así será hasta el final de los tiempos.