El guapo de la barra

Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO.

Alejandro Ribadeneira

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Es periodista desde 1994. Colabora con el Grupo El Comercio desde el 2000 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente ocupa el cargo de Editor Vida Privada.

¡Ecuador se salvó del estilo europeo!

Carlos Queiroz se lamentó por la derrota de Colombia ante Ecuador, por las eliminatorias. Foto: EFE

Carlos Queiroz se lamentó por la derrota de Colombia ante Ecuador, por las eliminatorias. Foto: EFE

Uno contempla el drama que sufre la selección de Colombia (con canguil y sonrisas, como el meme de Michael Jackson) y es inevitable exclamar: ¡de la que nos salvamos! Es que por acá también casi caemos en el cuento de que lo ‘europeo’ es lo mejor, que la salvación del fútbol de América Latina es imitar las formas del Viejo Continente y traer entrenadores de aquellas tierras que impongan mano dura y ‘profesionalismo’.

Bueno, no seamos severos con la dirigencia. El sueño, legítimo aunque inocente, era dar un salto de calidad y modernizarse con entrenadores serios, que hagan que los jugadores se levanten temprano, respeten la disciplina, prediquen con el ejemplo y que siembren una escuela que en el futuro multiplique el éxito que se ve en las ligas de Inglaterra, Alemania o España.

En Colombia no contaban con que, aunque media selección milita en Europa, los jugadores siguen siendo latinoamericanos. Ya se sienten agobiados con el estilo ‘europeo’ en sus clubes como para regresar a su país a ser tratados como máquinas y no como artistas por un portugués que cobra como si hubiera ganado 10 mundiales.

Porque un jugador latinoamericano es eso, un virtuoso y la selección es un medio de expresión, no un medio de producción. ¿Acaso la tragedia de Brasil no es otra que haber renunciado al jogo bonito que les heredó Pelé, Garrincha y los demás para ser ‘europeos’, ultra tácticos y atletas?

Por supuesto, es posible que un europeo triunfo en América Latina. El año anterior, la Libertadores y la Sudamericana fueron ganadas por entrenadores oriundos de Portugal y España respectivamente. De lo que se trata es de no creer que, por ser el DT de Europa, mágicamente se lograrán los resultados y se cambiará la mentalidad.

En realidad, los jugadores no deben ser europeizados. Los que deben aprender de Europa son los dirigentes: pagar a tiempo (incluso, con pagar bastaría), no gastar más de lo que se tiene, atender a las divisiones menores, planificar y profesionalizar el oficio del dirigente es la parte de Europa que se debe imitar y de forma urgente.

A los jugadores, déjenlos ser ellos mismos.

Los leo en: @guapodelabarra

Carlos Queiroz se lamentó por la derrota de Colombia ante Ecuador, por las eliminatorias. Foto: EFE