El guapo de la barra

Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO.

Alejandro Ribadeneira

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Es periodista desde 1994. Colabora con el Grupo El Comercio desde el 2000 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente ocupa el cargo de Editor Vida Privada.

¡Basta de devaluar a la Tricolor!

Lo que ocurrió con la Selección en España fue un auténtico papelón. Se dirá que la paliza de 6-1 propinada por Argentina es el precio que se debe pagar por el inicio de una renovación y que es lógico que al equipo nacional lo hayan pasado por encima, sobre todo porque el rival hace rato que ha logrado una estabilidad.

Pues no. La renovación no debe consistir en una devaluación, no se trata de adquirir experiencia mediante despiadadas masacres, sino en la natural combinación de jugadores experimentados con otros que van llegando. Recordemos, por citar un ejemplo, el debut de Antonio Valencia: fue a los 20 años en un partido bravísimo con Paraguay, pero rodeado de Méndez, De la Cruz, Hurtado y el Tin, entre otros.

Ecuador, desde la última Copa América, entró en una especie de hibernación, una peligrosa pausa en que el entrenador interino ha debido desempeñarse atado a varias circunstancias, como los (¿caprichosos?) vetos dirigenciales a ciertos experimentados, la negativa de los clubes de prestar jugadores y el escasísimo tiempo que le dan para consolidar una línea de trabajo.

Célico, en todo caso, hizo mucho. Hay un puñado de jugadores muy interesantes que han debutado y se ha instalado una idea de juego vertical a la que, por líos ajenos, le han faltado intérpretes. Hay una esperanza. Pero, en algún momento, hay que dejar de jugar para probar y pasar a jugar para ganar.