El balcón de Ecuador

La columna expone temas urbanos de las ciudades, las experiencias positivas de las ciudades y sus habitantes, prevención de desastres, la conectividad vial del país y el turismo. Otros artículos del autor: http://bit.ly/bttyJumbo

Betty Jumbo

Betty Jumbo

Licenciada en Comunicación Social de la Universidad Central, diplomado por la Universidad Andina Simón Bolívar y maestría por la Universidad de Miami (Estados Unidos). Es periodista desde 1995. Actualmente, es Editora de la Sección Ecuador en El Comercio.

Preparados para un terremoto de 8 grados

Seguramente, hoy estamos mejor prevenidos en las costas ecuatorianas para afrontar un posible terremoto de más de 8 grados, el cual podría estar acompañado por un tsunami.

Ya son casi cuatro años de ejercicios de evacuación, de tareas de reconocimiento de las zonas seguras, de cómo protegerse y otras acciones que se desarrollan para salvar miles de vidas.

Una vez más, este 31 de enero, miles de habitantes de Esmeraldas, Manabí, Santa Elena, Guayas, El Oro y Galápagos probarán que han aprendido a ser un poco más resilientes. Lo harán en el cuarto simulacro nacional de tsunamis, que está previsto que comience al mediodía del próximo viernes.

Ese día se activarán las 178 sirenas que componen el Sistema de Alerta Temprana y están habilitadas en las seis provincias; y se contará con las dos boyas tsunámicas, adquiridas el año pasado.

Las poblaciones de los 20 cantones participantes tienen que ir a 401 zonas seguras identificadas con 5603 señaléticas.

Hasta ahí suena bien todo el plan de prevención, sin embargo, no nos han dicho cómo nos hemos preparado o hemos avanzado en otros aspectos. Por ejemplo, si los habitantes están asentados en lugares seguros o no, si sus viviendas están a salvo de estos fenómenos o si las casas y los edificios de las instituciones públicas y privadas están construidos con buenos materiales y técnicas sismorresistentes.

Después del terremoto del 16 de abril del 2016 no queremos volver a ver más víctimas ni construcciones destruidas... patrimonios de toda la vida en escombros.

Las autoridades nacionales y los alcaldes nos tienen que rendir cuentas de todo lo que se ha hecho para evitar las pérdidas de vidas humanas y materiales.

Que este ejercicio del próximo 31 de enero fortalezca cada vez más a los habitantes, especialmente, de las zonas costeras, para afrontar un terremoto, como el de 8.8 grados que se produjo en 1906 frente a Esmeraldas.