Si hay algo que contagian los dueños de los hoteles Boulevard, Malecón Blue, Las Velas y Del Pacífico es inspiración y entusiasmo.
Los cuatro, con sus familias y empleados, han logrado que los turistas regresen a Tarqui, la zona de Manta que fue devastada por el terremoto de abril del 2016.
No ha sido una tarea fácil, pero tampoco es poco lo que han conseguido; bien se podría afirmar que ha sido todo un éxito.
Los cuatro hoteleros han llevado 600 turistas a sus establecimientos y playas en esta temporada de vacaciones escolares de las provincias andinas. Es la ocupación más alta lograda después de dos años de crisis y en proceso de reconstrucción.
Los cuatro son los únicos que han logrado sobrevivir entre los 22 hoteles y hostales que estaban funcionando antes del sismo; la mayoría se convirtió en escombros.
Los cuatro se reconstruyeron a puro pulso de sus dueños, con endeudamientos en créditos bancarios, pero sobre todo con perseverancia; es una lucha que se ha hecho en seis provincias, con visitas, llamadas telefónicas, promociones y largas horas en la terminal de Manta para ofrecer su servicio.
Esos hoteles están en pie y abiertos en una zona que todavía no se recupera totalmente. Sus calles siguen intervenidas (son de tierra) por los trabajos de construcción del nuevo sistema de alcantarillado y agua potable, y para el soterramiento de los cables. Los vecinos caminan entre el polvo que levantan las ruidosas máquinas.
Pese a que la reconstrucción lleva más de dos años, han sido los habitantes de Manabí y Esmeraldas quienes han avanzado -por su cuenta- en la recuperación de los espacios de sus viviendas y de negocios. Basta ver lo que se ha hecho en Pedernales, uno de los cantones más activos, tras el sismo.
Sin exagerar, los cuatro hoteleros de Tarqui representan esa lucha de manabitas y esmeraldeños, para recuperar también la alegría, como dice Luis Hermida, del Boulevard. Ellos entusiasman y contagian.