Los hoteleros y dueños de negocios de todo tipo de actividad relacionada con el turismo sintieron un pequeño alivio con el reciente feriado.
Sin embargo, no fue propiamente una reactivación del sector turístico. Fue un feriado pequeño y dinamizó el país, pero solo se generaron USD 30 millones en los tres días. El año pasado fueron USD 60 millones.
Las cámaras de turismo creen que este asueto sirvió para saber cómo mejorar para el siguiente feriado, que será de cuatro días por el Día de Difuntos y las fiestas por los 200 años de Independencia de Cuenca.
Para una reactivación son necesarias algunas condiciones, que dependen mucho de los municipios y del Gobierno Central.
Una de ellas, y bastante fácil de ponerla en práctica, es tomar decisiones claras sobre la movilidad para que los turistas puedan planificar sus viajes a los destinos. La ambigüedad y la tardanza de las autoridades sobre cómo iba a hacer la circulación en el último feriado hicieron dudar a muchos para viajar.
Con esa mala experiencia ya es hora de ir pensando en cómo será esa movilidad para noviembre, para que la gente se organice.
Otras condiciones, de largo plazo, son la configuración de un plan de promoción y de incentivos, como la entrega de créditos y un trato diferente, para el pago de las tasas, patentes, impuestos, pago al Seguro Social y otros tributos. Esas obligaciones se siguen exigiendo, con excepción de algunos cantones, como Guayaquil, que tiene un plan para apoyar al sector en esa localidad.
Tras siete meses de crisis sanitaria se mantiene la paralización del turismo; por ejemplo, a los hoteles de la Amazonía no llega nadie y los barcos de Galápagos siguen parados.
Paralelamente a la reactivación es muy importante insistir en las medidas de prevención y protección, para evitar el contagio con el covid-19. Los negocios turísticos, desde el más pequeño, aplican sus protocolos, pero los ciudadanos también tenemos la obligación de crear hábitos en el uso de la mascarilla y acatar el distanciamiento físico.