Economía de a pie

Los datos no dice nada por sí solos. Deben convertirse en información.

Generar empleo debe ser una meta común

El año pasado se habló mucho de generar empleo, pero no se hizo nada. Unas 115 000 personas perdieron un trabajo pleno y pasaron a la informalidad, donde se gana menos que el salario básico. El deterioro del mercado laboral afectó más a las mujeres, que pasaron al desempleo y optaron por quedarse en casa al cuidado del hogar.

La población que se quedó sin trabajo no solo perdió un salario fijo para sus gastos y sus deudas, también se quedó sin acceso a la seguridad social, es decir, a salud y a una pensión para su jubilación.

Los indicadores de pobreza a diciembre no variaron, pero no debe sorprendernos un aumento si el mercado laboral continúa deteriorándose. Y si esas cifras no son suficientes para mostrar lo deseable e importante que es generar empleo, entonces todos caminan hacia rumbos equivocados.
Empresas, gobierno y trabajadores hablaron de generar empleo como un objetivo común, pero el tema se quedó en el discurso. El programa económico del Gobierno, que tiene el respaldo del Fondo Monetario Internacional, no contempla metas para aumentar trabajos formales. En la carta de intención se menciona que es necesario generar un mercado laboral moderno, pero no hay una fecha tope de envío de la reforma para conseguir ese objetivo como sí ocurre con los ajustes legales en otros temas.

Los sindicatos defienden los derechos y la no precarización y está bien, pero no hay una propuesta clara para generar empleo.

Las empresas hablan de lo que el Gobierno debe hacer para incentivar la inversión privada y el empleo, pero poco de su papel como generadoras de trabajo.

La decisión del Gobierno de subsidiar la tasa de interés para hipotecarios en viviendas de hasta USD 90 000 puede reactivar al sector de la construcción, pero no es suficiente para mejorar los indicadores laborales.

Se necesita un compromiso real entre Gobierno, empresas y trabajadores para defender la generación de empleo.