¿El fin del petróleo está próximo a llegar?
Activistas climáticos e inversores internacionales están poniendo contra las cuerdas a las empresas petroleras, una acción global que también está cercando a la estatal ecuatoriana Petroecuador.
En esta línea, los activistas ambientales lograron recientemente varias victorias. Una de ellas es la sentencia de la justicia holandesa de obligar a la petrolera Shell a reducir un 45% sus emisiones de dióxido de carbono. Además, hace unos días el grupo de inversionistas Engine No.1, que defiende la reducción de emisiones, logró que varios expertos en energías verdes entraran como miembros al consejo del gigante petrolero Exxon. La propuesta fue apoyada por el fondo de inversiones BlackRock, que posee casi el 7% de las acciones de la compañía y que apuesta por la necesidad de revisar la estrategia empresarial ante la posibilidad de que la demanda de combustibles fósiles pueda declinar rápidamente en las próximas décadas, según varias noticias de prensa.
Por otro lado, tras más de 40 años promoviendo el consumo de energía fósil, ahora la Agencia Internacional de Energía (AIE) advierte que para cumplir el Acuerdo de París de alcanzar cero emisiones de dióxido de carbono en el 2050 ningún Gobierno del mundo debería autorizar nuevas explotaciones de combustibles fósiles.
En un informe, que ha sido declarado como histórico por la propia AIE, se propuso, además, prohibir los coches nuevos de combustión en 2035.
El informe también plantea diseñar una hoja de ruta para lograr las emisiones netas cero en 2050 con base en un aumento de la producción de energía renovable, especialmente solar y eólica.
Los países también están alineándose a esta tendencia. España, por ejemplo, acaba de aprobar una ley del cambio climático para prohibir los autos nuevos a combustión en el 2040 e impulsar la implantación del coche eléctrico.
Si bien, por ahora, los combustibles fósiles siguen siendo la principal fuente de energía, el escenario apunta a una reducción en el largo plazo. En el 2050, según la hoja de ruta planteada por la AIE, el uso del crudo deberá caer en un 75%.
Otra estrategia apunta a que los bancos internacionales reduzcan las emisiones de dióxido de carbono y eso incluye también a los clientes a los que prestan sus recursos.
Cuatro bancos ya le han dicho a Petroecuador que no financiarán la actividades de la petrolera, lo que supone un duro golpe a la actividad de la cual depende el 30% de los ingresos estatales.
La noticia llega en el momento en que Petroecuador busca recuperar su alicaída producción y cuando, además, el nuevo Gobierno ha señalado sus planes de duplicar la producción petrolera en cuatro años, apalancado en inversión privada. Es decir, pasar de 480 000 barriles diarios a casi un millón. Según expertos, demandarán de más de USD
6 000 millones en inversiones. Si estos planes no se aceleran y no van acompañados de una estrategia para mejorar el manejo ambiental puede perderse una ventana de oportunidad para el desarrollo del sector petrolero en el país.