Impuesto a plataformas digitales o ‘tax web’
Los servicios de las aplicaciones digitales extranjeras se gravan con IVA desde esta semana. El tributo será asumido por los usuarios, a quienes se les aplicará una retención directa del valor cuando realicen el pago con la tarjeta de crédito. El costo de televisión, descarga de música, videojuegos o transporte brindados por estas aplicaciones subirá.
Aunque es una reforma necesaria para igualar las condiciones entre las plataformas digitales extranjeras y las nacionales, que sí pagan tributos en el país, la medida apunta solo a los usuarios y deja fuera a multinacionales pese a que generan ingresos en Ecuador. La estrategia sigue la línea de otros países de la región como Colombia, Costa Rica, México o Paraguay.
Pero, en la actual crisis económica como consecuencia de la pandemia, donde la recaudación tributaria está en descenso y aumentan las necesidades para hacer frente a la recesión económica, los gastos sanitarios y la protección de los más vulnerables, no sería desacertado que las autoridades tributarias miren la experiencia europea.
La economía digital pasa por un gran momento. La pandemia ha potenciado el modelo de negocio de estas empresas, ya que el mundo aceleró su paso hacia la era digital, dejándoles grandes ganancias.
Pero estas multinacionales, en general, no tributan donde generan sus ingresos. Por ello, los países europeos impulsaron la imposición de un impuesto multilateral a estas firmas, la mayoría norteamericanas. Aunque aún no ha llegado a cristalizarse, el debate sigue en pie. Francia, España e Italia optaron por un impuesto a la renta unilateral desde el 2019.
Otro ejemplo es Uruguay, donde se cobra IVA, pero también se grava la renta generada; la retención es del 6 o 12%, según el servicio.
Con el IVA, Ecuador ha sentado la primera piedra en la regularización fiscal de la economía digital. El siguiente paso será gravar impuesto a la renta. Existen razones de equidad, de sostenibilidad fiscal y, sobre todo, de sentido común para ello.