El llanto repentino, la irritabilidad sorpresiva, la falta de apetito, el cambio de actitud con familiares o amigos… Y los mensajes “ya no quisiera estar en este mundo”, “soy una carga para todos”, “quisiera desaparecer”, “mi vida ya no tiene sentido”… son señales de alerta, a no desestimar en niñas, niños y adolescentes. Ecuador registra un incremento de suicidios.
¿Suicidios? Sí, la segunda causa de muerte entre niños y adolescentes de 10 a 19 años (la primera son los accidentes de tránsito). En 2020, de hecho, hubo un suicidio de un niño de 8 años (en 2019 no se reportaron lesiones autolíticas en esa edad), hubo 8 suicidios de niños de 9 años (dos en 2019), hubo 7 suicidios de niños de 10 años (cuatro en 2019).
Las lesiones autoinflingidas causaron casi tres muertes por cada homicidio en la población de 10 a 19 años en Ecuador: 187 suicidios frente a 64 víctimas de homicidios durante el 2020, año de pandemia (INEC), es desolador.
“Cada año pierden la vida más personas por suicidio que por VIH, paludismo o cáncer de mama, o incluso por guerras y homicidios”, ha alertado la Organización Mundial de la Salud (OMS) este 2021. “Prestar atención al suicidio es incluso más importante ahora, después de muchos meses inmersos en la pandemia de la covid-19 y cuando muchos de los factores de riesgo del suicidio –pérdida de empleo, apuros económicos y aislamiento social– siguen estando muy presentes”, ha apuntado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la OMS.
¿Atención al suicidio? ¿Pandemia? La tasa de desempleo ha pasado en Ecuador de 3,8% en diciembre de 2019 a 5% en diciembre de 2020; para junio ha alcanzado 6,3%. Unicef señaló que para fines del 2020 al menos 3,1 millones de niñas, niños y adolescentes en Ecuador habían caído en pobreza multidimensional, con más privaciones en educación, salud, alimentación, vivienda, y con problemas de desempleo y seguridad social en casa por la pandemia.
El Servicio Integrado de Seguridad ECU-911 reportó un aumento del 37% en emergencias relacionadas con suicidio entre enero y junio del 2021 respecto al 2020. Y un 15% de incremento en intentos autolíticos en Ecuador.
El Plan para prevenir el suicidio en niñas, niños, adolescentes, adultos mayores y funcionarios en primera línea por la emergencia sanitaria elaborado por la Secretaría de Salud de Quito recogió en 2020 un dato desgarrador: dos de cada 10 estudiantes tienen un alto riesgo de experimentar esta problemática. 80% de ellos ha presentado episodios emocionales, ideación suicida; 9% relaciones sexuales de riesgo; 6% consumo de drogas, y 5% otros factores de violencia.
¿Alto riesgo? Señores, 1 465 niños y adolescentes perdieron la vida por suicidios entre 2015 y 2020. La OMS señala que países como Ecuador invierten menos del 2% del presupuesto de salud en lo mental, lo cual impide que la gente acceda a servicios sanitarios. Ahora que hasta nuestra historia clínica estará en la cédula digital, inviertan en sembrar conciencia sobre ese grave problema de salud pública que destroza familias: el suicidio.