La Declaración de Chapultepec, instrumento de libertad de expresión firmado por Ecuador en febrero de 2019, es clara: “Una prensa libre es condición fundamental para que las sociedades resuelvan sus conflictos, promuevan el bienestar y protejan su libertad”.
¿Libertad de expresión? La noche del domingo en televisión nacional se proyectó la foto de un hombre, pegada en un ‘tiro al blanco’, mientras se clavaban dardos y se emitían comentarios sobre él. El hombre era el recién electo presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Leonidas Iza, uno de los protagonistas del paro de octubre de 2019.
¿Dardos? Los dardos del periodismo son los hechos, no puntas de acero cortopunzantes. ¿Hechos? Sí, las cosas que ocurren (registradas en imágenes o respaldos obtenidos lícitamente), documentos (estudios académicos, informes de organismos avalados por la sociedad, registros de datos públicos, contratos, leyes, reportes de prensa…), declaraciones (entrevistas, pronunciamientos públicos, informes, cartas, redes sociales…), sucesos actuales o del pasado… que se corroboran en un contexto.
¿Contexto? Sí, octubre sigue en la impunidad. Las disculpas de los periodistas por los errores en el segmento de TV dedicado a Leonidas Iza se resaltan, forman parte de la necesaria autocrítica en este oficio. Lo lacerante en el país es la mecha de discriminación y odio en medio de otro problema de fondo: la negligencia del Estado para ofrecer Justicia. ¿Y el papel de la prensa frente a la violación de derechos humanos? No puede ser la vulneración de más derechos.
En su informe sobre el paro de octubre del 2019 en Ecuador, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dejó un mensaje directo: Abstenerse de hacer declaraciones que estigmaticen, criminalicen o generen un ambiente de intimidación hacia indígenas. “La CIDH advierte que, por sus características económicas, sociales y culturales, en el caso de lideresas y líderes indígenas, la criminalización y estigmatización pueden tener consecuencias negativas en la comunidad donde ejercen su liderazgo”.
¿Consecuencias negativas? Sí. Los pueblos originarios tienen una cosmovisión no eurocéntrica: las decisiones se toman con sus bases. Sus saberes pueden ayudar a no eternizar la violencia.
En su último informe, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU expresó su preocupación por los estereotipos y prejuicios en la sociedad ecuatoriana. ¿Un Comité de la ONU? Sí. En 2017 pidió al Estado reducir los niveles de “desigualdad y pobreza, a fin de eliminar la discriminación estructural e histórica”. Ese Comité demandó de las autoridades acciones contra la discriminación racial; con campañas, entendimiento, diálogo, respeto a la diversidad cultural; asignación de recursos para ese urgente encuentro.
¿Y? Meses después se desencadenó el estallido de octubre por la eliminación del subsidio de los combustibles, una medida económica adoptada sin diálogo ni escucha ni entendimiento de la población: muertes, heridos (al menos 19 personas con lesiones oculares permanentes por proyectiles), vulneración de derechos, retenciones, ataque a bienes, vandalismo, mentiras, estigma, racismo, fractura social… y un Estado incapaz de ofrecer reconciliación y de poner fin a la impunidad.
¿Reconciliación? Sí. Que ninguna violencia quede impune. ¿La prensa ayuda? Puede (debe); sin maltratar. “Una prensa libre es condición fundamental para que las sociedades resuelvan sus conflictos, promuevan el bienestar y protejan su libertad”.