Derechos Humanos

COLUMNAS DE OPINIÓN. Artículos de derechos humanos publicados originalmente en la página de opinión de la edición impresa de Diario EL COMERCIO.

Dimitri Barreto P.

Periodista desde 1996. Ha cubierto los efectos del conflicto armado colombiano, la corrupción y la violencia en Ecuador. Licenciado en Comunicación, con un diplomado en la UNAM sobre cobertura del crimen organizado. Macroeditor de EL COMERCIO. @ECdimitri

La Oficina de la ONU

El aterrizaje de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) en Ecuador no parece menor. Con investigadores en Bogotá y Lima, Quito parecía marginada para las estrategias de prevención, documentación y caracterización del crimen en una región trazada por carteles con control sobre la trata de personas, el tráfico de armas, el lavado de activos y la colusión con agentes estatales.

Quito es el primer escenario de la trata en Ecuador. Lo ha documentado la Unodc en enero del 2019. En el país, ocho de cada 10 víctimas de ‘esclavitud’ terminan en explotación sexual. Seis de cada 10 tenían menos de 18 años: 116 niñas y 27 niños, entre 2014 y 2017. Los adultos: 87 mujeres y dos hombres.

¿Mujeres y niños? Sí. Ecuador es el único en el mapa de Sudamérica con trata de personas para pornografía (Informe Global de Trata de Personas 2018, Unodc). Y aunque el delito está tipificado (16 años de cárcel si la víctima es niño o 26 años si muere), lo inexplorado son los nexos del crimen.
El Ministerio del Interior solicitó este mes a la Inspectoría de Policía investigar si hubo o hay agentes al servicio de mafias de trata (articuladas a narcotráfico), después de que el portal Plan V revelara un estudio del 2012.
¿Policías que se ‘juzgan’ a sí mismos? La Relatoría para ejecuciones extrajudiciales de la ONU recomendaba en mayo del 2011 que Ecuador debía crear un nuevo ente independiente (que no sea la Inspectoría) para recibir e investigar las denuncias de abuso policial.

El Relator hizo cortocircuito. Es más, el régimen de Correa (hasta mayo del 2017) fustigó en términos de ‘soberanía’ a los expertos en Derechos Humanos de la ONU cada vez que emitían sus observaciones al Estado por la impunidad en el abuso sexual de niños, violencia de género y tortura, o por la criminalización del aborto a mujeres víctimas de violación.

Sí, el arribo de la Unodc a Ecuador no parece menor. Autonomía para su trabajo y madurez para aceptar, en lugar de ocultar, son compromisos que se esperan del Estado; en tanto, el crimen solo socava la democracia.