“Hay muchas heridas aún por curar; hay una reconciliación pendiente en un país tan diverso”. Esas palabras de la autoridad han llegado al cumplirse un año del paro de octubre que dejó pérdidas económicas, sociales, humanas… en Ecuador.
¿Pérdidas? Sí, ciudades y regiones aisladas; aparato productivo afectado; daño de propiedad pública y privada; xenofobia, racismo, polarización social…; detenciones arbitrarias, heridos, muertos.
¿Heridos? Sí. Al menos 19 con lesiones permanentes, la mayoría perdió un ojo. Antimotines dispararon al rostro; manifestantes lanzaron pirotecnia. ¿Muertos? Sí, como José Daniel Chaluisa, 40 años, padre de nueve hijos y estibador de mercado en Quito, arrinconado por policías en motos sobre el puente peatonal de San Roque la tarde del 7 de octubre del 2019. Videos muestran su cuerpo bajo el puente, al igual que el de Marco Oto, 26 años, con discapacidad neurológica. Un año después, la Fiscalía investiga -sin avances- el homicidio de José Daniel y no el de Marco. ¿Por qué?
¿Policías investigados por muertes en el paro de octubre? Solo en dos casos, pero tampoco avanzan diligencias en el expediente por el homicidio de Edison Mosquera, 29 años, padre de gemelos, impactado con un proyectil en la cabeza el mismo lunes 7 de octubre cuando protestaba, desempleado, en el Cumandá, la noche que la marcha indígena atravesó ese lugar en Quito.
Y nadie investiga la muerte de Edgar Yucailla, 32 años, dirigente de Chimborazo, impactado con “proyectil de arma de fuego” (reza en la autopsia) en la cabeza, el 12 de octubre en las inmediaciones de El Arbolito, la zona donde el movimiento indígena se concentró por siete días, donde también murió Inocencio Tucumbi, 50 años, el 9 de octubre, la primera noche de la embestida policial con caballos y gases en la zona universitaria de Quito.
Sí, es un avance hablar de “reconciliación pendiente”; sin embargo, del Estado se espera, más que palabras, que adopte los mecanismos para una reparación integral, incluida -sin dilación- la verdad de los hechos. Señores, la impunidad solo agrava las heridas de octubre.