¿Podrá la Selección clasificarse al Mundial de Catar? Ojalá lo logre. Pero para eso, los futbolistas, el entrenador y la dirigencia tendrán que hacer las correcciones indispensables y, sobre todo, urgentes.
Alinear jugadores suplentes en sus clubes (con más de tres meses), que solo se entrenan o que juegan en los equipos de reserva, llevó a un descenso del rendimiento de la Selección, en marzo y en junio pasados. Esa experiencia puso en evidencia las falencias del equipo nacional, por lo que es necesario encontrar el camino adecuado para mantenerse entre los equipos con opciones para ir al Mundial del próximo año.
Parecería que en la Tri no es necesario hacer correcciones por ahora, de acuerdo con el testimonio del entrenador Gustavo Alfaro, en un conversatorio de la semana pasada. A sus declaraciones les faltó autocrítica, no a su propuesta táctica sino a conocer si los pasos dados fueron los adecuados.
Alfaro es un buen orador, su discurso encaja bien en la plantilla, pero hay una línea endeble, frágil, que a él y a su grupo técnico aún les cuesta encauzar, que es la de “cómo convivir” con la euforia. Aquí los futbolistas, también la dirigencia, pecaron de un excesivo optimismo antes de los partidos de junio. Ahora, esa labor se la encomiendan a un psicólogo, algo válido; pero no hay que dejar de lado el hecho de que el entrenador es el líder.