Las palabras del juez argentino Claudio Bonadio, quien investiga la causa de ‘los cuadernos’, no pueden ser más decidoras.
Se trata de un informe del Centro de Información Judicial conocido este 24 de agosto, que divulga la Agencia DPA, donde sostiene que los Kirchner encabezan una organización delictiva compuesta por funcionarios públicos quienes, por al menos ocho años, tejieron un sistema de sobornos.
El caso se empezó a ventilar a raíz de unos sospechosos cuadernos que supuestamente llevaba como bitácora un conductor del Ministerio de Planificación, una entidad que estuvo a cargo por años el poderoso Julio de Vido, hoy senador. El chofer Óscar Centeno habría anotado minuciosamente el traslado de bolsos con millones de dólares al departamento de los Kirchner y a la misma residencia presidencial en el barrio de Olivos.
El caso continúa ventilándose, pero cada vez ‘cantan’ horrores los empresarios beneficiados de las obras y que las habrían construido con altas cifras – con sobreprecios, seguro – y pagado millonarios sobornos.
La semana tuvo como show mediático el allanamiento a las propiedades de la ex Presidenta, una operación judicial autorizada por el Congreso y con la lógica expectativa aunque se puede presumir que en esos lugares poca evidencia habrá quedado.
Hay que seguir adelante decenas de otras indagaciones, las propiedades millonarias del matrimonio presidencial, los millones hallados en la bóveda bancaria de Florencia Kirchner y otras ‘minucias’.
La lista es larga. Ya está condenado por sus ‘travesuras’ el exvicepresidente Amado Boudou. Todavía queda por resolver el crimen del Fiscal Niesman, que investigaba los acuerdos del Gobierno con Irán y la trama de atentados terroristas en la mutual judía.
Vido todavía no es indagado por sus tentáculos. A propósito de la garantía cobrada por el incumplimiento de un contrato. Aquí la señora Kirchner puso la primera piedra del proyecto Coca – Codo Sinclair…