Análisis internacional

La columna se enfoca en alguno de los más importantes temas de la semana de impacto mundial y latinoamericano. Aspectos políticos y de coyuntura con fuentes de medios internacionales acreditadas. Otros artículos del autor: http://bit.ly/GnzloRuiz

Gonzalo Ruiz Álvarez

Gonzalo Ruiz Álvarez es Subdirector Adjunto de este Diario desde 2008. Ha sido articulista de opinión en EL COMERCIO desde 1991. Dirige el espacio de opinión matutino en Radio Quito y Platinum FM. Ha trabajado en radio y TV desde 1978.

Los 100 días de Biden: entre la audacia y lo indispensable

El Presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, mostró su fortaleza de convicciones para proponer y liderar un cambio audaz en lo económico y social.

El discurso tradicional de los primeros 100 días estuvo signado por la pandemia y las limitaciones en el salón del Congreso, lugar habitual en este tipo de ceremonias simbólicas.

Joseph Biden fue audaz en sus propuestas, pero sabe que el voto de los republicanos puede ser esquivo y por eso enfatizó en pedirles el apoyo que toda la nación requiere para salir adelante.

La idea de la unidad, presente en su discurso inaugural, volvió a la palestra. Si bien es cierto que el Partido Demócrata tiene mayoría, el número de legisladores no es tan amplio como para desechar algunos de los apoyos imprescindibles de sus rivales republicanos a la hora de aprobar ciertas leyes, que requieren de mayorías calificadas y no la simple mayoría de los votos.

La casi inmediata ubicación y destino de millonarios recursos solamente fue el primer impulso para dar un giro a la drástica situación de debilidad económica del Estado y las finanzas públicas devastadas por la pandemia y, sobre todo, por la negación del anterior presidente. ‘Estamos obteniendo resultados reales a pesar de haber heredado una nación en crisis’, dijo el Mandatario demócrata. Lo primero es luchar contra el coronavirus y Biden dijo que se han aplicado 200 millones de dosis para el 43% de la población. Además el Presidente prometió contar en breve con un arsenal de vacunas para todos los países del mundo.

Pero los programas sociales, los cambios requeridos en materia de seguridad – los tiroteos y las matanzas continúan y la limitación del uso de armas tiene grandes detractores que tienen el amparo en la norma constitucional–; y el racismo subyace como un mal heredado y que requiere cambios de fondo.
Otro tema clave -y cuya solución todavía luce lejana- es el de la inmigración. Para ello hay que establecer políticas públicas sinceras y no discriminatorias y Estados Unidos debe tener el deber moral de regresar a ver a América Latina, la fuente mayor de migrantes, por ahora y un continente donde la pobreza y la falta de trabajo ejercen una gigante presión social.

Emprender en las ayudas sociales demanda millonarios recursos. Para ello, Biden espera que todos los norteamericanos colaboren, especialmente los que más tienen. Hay muchas personas con ingresos millonarios que pagan cero impuestos y ese factor expande la brecha social y la desigualdad. Eso no puede ser y debe cambiar.

Para eso, la lucha contra el ‘stablishment’ será denodada y deberá contar con el apoyo de los círculos financieros del poder económico. “Hay que subir impuestos a las grandes empresas y las grandes fortunas”, dijo el Presidente. “Hay que acabar con los resquicios que permiten a los más ricos pagar muy por debajo de lo que deberían según sus ganancias”. “Hay grupos que obtuvieron 40 000 millones en ganancias y pagaron cero impuestos”. Firme.