Terrorismo en Argentina, 25 años de impunidad
Hace 25 años, el 18 de 1994 una potente bomba dejó 85 muertos y 300 heridos. Era el mayor atentado terrorista en la historia Argentina. Un par de años antes, el 17 de marzo de 1992 un coche bomba sacudió una popular calle de Buenos Aires. Allí murieron 22 personas y quedaron heridas otras 200.
Un factor común de ambos atentados. El primero fue en la Embajada de Israel en Argentina. El Segundo, en la AMIA, la Asociación Mutual Israelita Argentina.
Lo nuevo: la orden de captura para Salam Raouf Salman. Miembro de Hezbolá y presunto autor del atentado contra la AMIA. Hezbolá es un potente grupo terrorista que opera desde territorio libanés atacando consuetudinariamente blancos en Israel.
Lo constante: el signo siniestro de la impunidad. 25 años después apenas una condena, que no está en firme, en febrero de este año contra miembros de seguridad.
Telón de fondo: el gobierno Cristina de Kirchner firmó un acuerdo con Irán. Los críticos aluden a una operación de encubrimiento de presuntos iraníes en el atentado.
Los hechos muestran la participación del excanciller Héctor Timerman, y de dos operadores políticos kirchneristas de baja calaña y menudo alcance como el diputado ‘Cuervo’ Larroque y Luis D’Elía.
El 19 de enero de 2015 muere Alberto Nisman, Fiscal que debía comparecer ante el Congreso para presentar las pruebas que obraban contra los altos cargos. El 14 de enero Nisman señalaba a Cristina Fernández por el contenido del memorando de entendimiento con Irán. El caso Nisman sigue impune.
Nisman había mostrado preocupación. Las primeras indagaciones hablaron de suicidio pero las pruebas en esa teoría se desvanecieron. Para colmo altos responsables de Seguridad en la escena del crimen lo empañan todo.
La senadora Cristina Fernández ahora es candidata a la vicepresidencia, tiene 13 causas abiertas por colosales delitos de corrupción. Lo más grave: su fórmula tiene opciones de ganar. ¿Seguirá todo en la impunidad?