Los resultados que arrojen los comicios de este domingo serán determinantes para avanzar en las reformas estructurales que, en la recta final de la administración, quiere impulsar el Gobierno. Se trata de proyectos que en buena medida parten de los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional.
En el cronograma de iniciativas legales que busca emprender el Ejecutivo constan las reformas al Código Monetario (en que se destaca la autonomía del Banco Central), la reforma laboral (para promover la creación de empleos), la reforma tributaria (para apuntar a reducir el déficit fiscal), la reforma a la Seguridad Social (para garantizar la sostenibilidad del IESS), reforma al Mercado de Valores (para crear un nuevo bono) entre las iniciativas más importantes.
Los resultados de la elección marcarán la viabilidad de estas reformas que, en muchos casos, han sido parte de las agendas de trabajo, tanto de los presidenciables como de los aspirantes a la Asamblea Nacional. Prácticamente todos los candidatos se han referido a una revisión de los compromisos firmados con el Fondo y eso puede frenar la agenda legislativa que aspiraría el Régimen.
Indudablemente el tiempo también juega en contra del Gobierno, para poder encaminar en los próximos meses estas iniciativas.
Al margen de estas circunstancias, el país requiere de compromisos en las reformas que son necesarias para el país. La necesidad de alcanzar pactos es imprescindible. Y no necesariamente deben estar sustentados en los proyectos que busca impulsar este Gobierno.
La agenda es más amplia y entre otros temas hay asuntos que demandan puntos de coincidencia y tienen que ver con la transparencia y manejo de las finanzas públicas, la inversión en infraestructura y desarrollo, la lucha contra la corrupción, salud pública, educación, etc.
Las reformas estructurales que demanda el país son necesarias y van más allá de las visiones ideológicas. Una vez que baje la calentura electoral se espera que haya más sensatez y cordura en el tratamiento de estos temas.