A Innovar

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Pedro Maldonado

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad del Azuay. Es periodista desde el año 2000. Colabora con el Grupo EL COMERCIO desde el 2006. Empezó en la regional Cuenca. Hoy es Editor de la Revista Líderes.

Más aerolíneas del mundo miran a Ecuador

El sector de las aerolíneas tuvo un 2019 movido y en lo que va del año ya se cuentan algunas novedades que dejan ver que el Ecuador despierta interés a escala internacional, en el negocio de la aviación.

Si bien el país no mueve la cantidad de pasajeros que se registran en mercados como Colombia o Perú y tampoco tiene el número de vuelos y conexiones que esos y otros países de América Latina, hay que reconocer que el segmento mantiene un ritmo constante que permite ser optimistas.

Desde el año pasado se cuentan vuelos desde Quito hacia París, Toronto y Santiago. Mientras que desde Guayaquil se puede llegar, en vuelos directos, a ciudades como Madrid, Dallas y Fort Lauderdale. Además, el tráfico internacional de pasajeros creció 2,7% frente al 2018.

Son buenas noticias por al menos dos motivos. Primero porque la apertura de rutas es un trabajo de largo aliento en el que intervienen las aerolíneas, las autoridades ecuatorianas y los aeropuertos de Quito y Guayaquil que realizan un trabajo conjunto y arduo con el fin de llamar la atención de las compañías aéreas.

La segunda razón es que esta expansión de las operaciones aéreas internacionales muestra a Ecuador como un mercado más serio. La consecuencia es que las recomendaciones se multiplican entre aerolíneas y pasajeros que hablan de las posibilidades que ofrece el Ecuador en conectividad aérea.

Ahora, el país tiene dos tareas para mantener estas operaciones internacionales y evitar que las aerolíneas que han llegado se retiren luego de los llamados períodos de prueba del mercado. El primer deber es ofrecer seguridad jurídica a las compañías aéreas, con reglas claras y nuevos incentivos. La segunda tarea es garantizar una experiencia más que positiva para los viajeros.

En este último punto entran en juego otros actores como hoteles, restaurantes, la Policía, pero sobre todo cada ciudadano del país que debe actuar como el mejor anfitrión.