La tecnología, ¿un aliado o un enemigo?
La mujer de 35 años decidió vender por Internet un vestido que ya no usa desde hace más de 10 años. Colocó un anuncio en un portal de comercio electrónico hace más de un año. Pero no tenía ofertas concretas.
De pronto, hace dos semanas, recibió un correo electrónico de un supuesto interesado. Este potencial comprador hizo pocas preguntas. Se acordó un precio y pidió el número de la cuenta del banco de la vendedora para hacer la transferencia. El negocio estaba prácticamente hecho.
La vendedora solo debía esperar que el dinero sea depositado en su cuenta, para luego hacer el envío del vestido mediante un ‘courier’. Parecía un negocio muy fácil, sin ninguna complicación.
Pero la vendedora tuvo una corazonada. No le cuadraba que el comprador no realizara más preguntas. Ella ya tenía experiencia en compras y ventas en línea, y sabía que el proceso puede demorar.
Tenía razón. Mientras esperaba la transferencia recibió un correo en el que se le pedía depositar USD 100 para ‘desbloquear’ la transferencia. Se dio cuenta de que estuvo a punto de ser estafada y canceló el negocio.
Los engaños en Internet cada vez son más frecuentes y dejan ver que la información de las personas circula libremente, pese a las advertencias que realizan las autoridades, los portales de ‘e-commerce’ y expertos en temas de seguridad informática.
La apropiación fraudulenta de datos personales y la interceptación ilegal de datos son dos de los delitos informáticos más comunes que registran las autoridades en el país.
Para no caer en estos y otros delitos, la clave es utilizar el sentido común, como lo hizo la vendedora citada previamente, y educarse a fondo en el uso de las nuevas tecnologías.
De lo contrario vamos a culpar a la tecnología de situaciones que se generan por nuestra ignorancia y desconocimiento, cuando en realidad los nuevos avances informáticos -que cada vez son más- están pensados para facilitar la vida de las personas.