A Innovar

Los artículos tratan sobre hecho noticiosos del ámbito de la economía, emprendimiento y la innovación. Otros artículos del autor: http://bit.ly/pMaldonado Twitter: @pedromal

Pedro Maldonado

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad del Azuay. Es periodista desde el año 2000. Colabora con el Grupo EL COMERCIO desde el 2006. Empezó en la regional Cuenca. Hoy es Editor de la Revista Líderes.

Transformación digital, empresa y educación

La transformación digital es otro de los desafíos que enfrenta la actual generación. Este concepto cada vez más escuchado y debatido en foros académicos y encuentros empresariales -pero poco practicado en el sector productivo ecuatoriano- tiene como base el uso de las nuevas tecnologías en prácticamente todos los ámbitos de la sociedad.

Esto implica que la tecnología está y estará presente en actividades como el trabajo, la salud, la educación, los negocios, el deporte, los servicios públicos y un largo listado. Los datos son claros: de los casi 8 000 millones de habitantes que tiene el planeta 4 000 millones usan internet, 3 200 millones son usuarios activos y 3 000 millones tienen un smartphone, según los más recientes datos de organismo internacionales.

Este panorama algunas obligaciones. La primera es la necesidad de que las empresas entiendan y asimilen este concepto, más allá de aplicar nuevas tecnologías en procesos productivos. El punto, para el sector productivo, es elevar los niveles de eficiencia sin perjudicar el tema del empleo. Se trata de apropiarse de las herramientas y controlarlas para bien del negocio.

Es común escuchar que la transformación digital destruirá y creará empleos. Y allí viene una segunda obligación: la formación y el desarrollo de nuevas habilidades que permitan que las personas no queden al margen de los cambios impulsados por los avances tecnológicos.

En este punto entra la academia con una tarea fundamental: preparar profesionales que generen soluciones a los desafíos de la época. Allí están temas ambientales, de salud, de movilidad, entre otros.

Todo esto de la transformación digital, sin embargo, será inútil si olvidamos que el eje es el ser humano. De nada servirá elevar la eficiencia en las empresas y mejorar el nivel académico de los futuros profesionales si es que al final del día terminamos prisioneros de la era digital. No olvidemos: la tecnología debe iniciar y terminar en el ser humano.