A Innovar

Los artículos tratan sobre hecho noticiosos del ámbito de la economía, emprendimiento y la innovación. Otros artículos del autor: http://bit.ly/pMaldonado Twitter: @pedromal

Pedro Maldonado

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad del Azuay. Es periodista desde el año 2000. Colabora con el Grupo EL COMERCIO desde el 2006. Empezó en la regional Cuenca. Hoy es Editor de la Revista Líderes.

La formación del futuro

Los profesionales del futuro estarán marcados, en su mayoría, por la tecnología. Materias como robótica, programación, inteligencia artificial, big data, entre otras, signan la tendencia a escala global en estos momentos.

En este contexto, surge un concepto que va tomando fuerza y que es necesario considerarlo seriamente en hogares y centros de estudio: el ‘longlife learning’, que viene a ser un aprendizaje constante, durante toda la vida, de diferentes temas, que serán de utilidad para cada persona, según su vocación, pero sobre todo según sus intereses.

Este modelo de educación continua viene a ser una nueva habilidad que estamos obligados a desarrollar con un solo objetivo: ser capaces de adaptarnos a los constantes cambios que vive el planeta.

Expertos en temas educativos aseguran que en medio de la cuarta revolución industrial la habilidad de adaptación será determinante. Esa virtud marcará, en buena manera, el éxito o el fracaso de un profesional. Y como parte de esa adaptación a nuevas realidades las personas necesitan explorar disciplinas, aprender y descubrir.

Lo anterior significa también salir de la zona de confort de manera voluntaria, antes de que las condiciones nos obliguen a hacerlo. Esto será una manera de probar cada una de nuestras habilidades, pensando en un futuro laboral cambiante y lleno de retos.

La academia está obligada a tener en cuenta esta evolución y acoplarse a las nuevas necesidades que tendrán los estudiantes. La obligación pasa por considerar los nuevos oficios que van apareciendo con la transformación digital y replantear carreras, así como su duración. Si hoy en día una carrera universitaria puede tomar al menos cuatro años, en el futuro el tiempo seguramente será menor.

Son tiempos desafiantes para el mundo académico y laboral, en Ecuador y en todo el planeta. Son varias interrogantes y las respuestas vendrán con el tiempo, pero sobre todo con la capacidad de anticiparse y entender el futuro como una oportunidad para crecer.