Los emprendedores ecuatorianos también están pendientes del proyecto de Ley de Crecimiento Económico, que está en manos de la Asamblea. En el documento se recogen una serie de temas que traerán beneficios a esos locos que creen en una idea innovadora y que están trabajando día y noche para que se desarrolle y crezca con fuerza.
En el documento mencionado se encuentran beneficios tributarios, simplificación de trámites, beneficios para exportadores, entre otros puntos, que servirán para formalizar y apuntalar a los emprendimientos existentes y a los que estén por ver la luz.
A lo anterior se suma otra buena noticia para el ecosistema emprendedor ecuatoriano: el proyecto de la ley de emprendimiento va en buen camino (en la misma Asamblea). El cuerpo legal aborda temas como el crowdfunding, sociedades simplificadas, financiamiento con capital semilla y, tal vez lo más importante, la tan esperada institucionalidad del emprendimiento.
Si todo avanza según lo previsto, el Ecuador contará con una normativa legal específica sobre emprendedores para finales de diciembre próximo. Será una especie de regalo de Navidad para todos los que son parte del ecosistema en el que también participan inversionistas ángeles, aceleradoras, la academia, el sector público, etc.
Los hechos mencionados dejan ver que la actividad emprendedora en Ecuador no se detiene, está en permanente movimiento.
Ahora el gran reto, que en realidad es un imperativo, es mejorar la calidad de los emprendimientos. Es conocido que Ecuador tiene la tasa de emprendimiento más alta de la región y una de las más altas del mundo. Pero ese emprendimiento está marcado por la necesidad, en lugar de la oportunidad, lo cual resta calidad en las ideas.
Cuando hablamos de calidad nos referimos a ideas innovadoras, con potencial de crecer no solo en el país sino en otros continentes. Ideas con alto valor añadido y que generen valor para los consumidores. Nada más.