Imagen referencial. Expertos recomiendan seleccionar el condón adecuado. Foto: Pixabay
Gabriela, Antonio y Cristina prefieren mantener relaciones sexuales sin preservativo con sus respectivas parejas, con las que llevan años y con las que han procreado varios hijos. Sin embargo, los tres coinciden en que el sexo con condón es igual de placentero, desmintiendo así la idea que su uso disminuye las sensaciones.
A esa conclusión también llegó un estudio publicado en enero del 2013, en la revista Journal Of Sexual Medicine. Halló que, en una muestra representativa a nivel nacional de 18 a 59 años de edad, la valoración del sexo era alta y con diferencias muy pequeñas con respecto al uso del preservativo o de lubricantes.
“Habitualmente se cree que usar un preservativo hace que el sexo sea menos natural y se sienta menos placer. Pero cuando la gente los usa, resulta que el sexo es estupendo”, comentó la autora principal del estudio Debby Herbenick.
De ese mito –precisamente- hicieron eco varios estudiantes durante una encuesta realizada por el Instituto Politécnico de la Salud ‘Fe del Valle’, y publicada en la página web de la Revista Cubana de Enfermería.
En la encuesta participaron 150 jóvenes de hasta 25 años. Los chicos de entre 15 y 19 años mostraron una mayor resistencia, aduciendo que “disminuye el placer sexual durante el coito”.
La clave para dejar de verlo como algo incómodo –dice Daysi Guzmán, psicóloga y sexóloga- está en seleccionar el condón adecuado: talla y textura, por ejemplo. Aunque reconoce que recién a los 27 años, los hombres se interesan por averiguar las bondades de los preservativos como, por ejemplo, eyacular sin preocupación.
Los condones muy pequeños podrían romperse durante la penetración, mientras que los grandes suelen resbalarse. En ambos casos es necesario parar para colocárselo adecuadamente o para cambiarlo, y ahí sí podría verse afectaba la relación sexual.
En el mercado local hay preservativos que se ajustan a todos los tamaños. Hay extrafinos o más gruesos. También con efecto retardante o con aromas de frutas: mango, fresa, limón. Otros, en cambio, tienen protuberancias. Todo aquello está pensando –precisamente- para logra una relación sexual placentera. Sin embargo, Guzmán firma que, además de encontrar el preservativo ideal, es vital intercambiar caricias y miradas.
Añade que la idea de que el preservativo disminuye las sensaciones es producto de la genitalización de las relaciones y aquello abarca mucho más.
Esta especialista también cuenta que -partir de sus experiencias en consulta- son los hombres, sobre todo los más jóvenes, los que muestran una mayor resistencia a colocarse el preservativo. Las mujeres que lo rechazan son aquellas que se irritan por el contacto con el látex. En la mayoría de los casos –apunta la especialista- son ellas las que exigen su uso, pues se trata de un método que funciona como una barrera para reducir el riesgo de embarazos no deseados y de contraer infecciones de transmisión sexual. Algunas, como el herpes y la sífilis, pueden multiplicar por tres o incluso por más el riesgo de contraer VIH, según la Organización Mundial de la Salud.
Para evitar aquello, precisamente, los expertos recomiendan tomarse el tiempo necesario para descubrir el preservativo adecuado. Puede hacerse a través de autoexploración (masturbación), antes de visitar a la pareja.