Los ecuatorianos apostaron por los nombres Nenque y Eyeke para denominar al exoplaneta y a la estrella que le asignó la Unión Astronómica Internacional. Foto: Pixabay.
Macondo, Meliquíades, Guaraní o Pollera son algunos de los nombres que ha dado el público para bautizar a estrellas y planetas extrasolares tras una campaña lanzada por la Unión Astronómica Internacional (IAU, en sus siglas en inglés), que este 2019 año celebra su centenario.
Mediante votaciones populares, 112 países escogieron nombres que representan su cultura, historia o geografía para denominar una estrella y un exoplaneta situado en su órbita.
“Es un proyecto a gran escala, por primera vez en la historia tantos países han nombrado tantos astros“, explicó el portavoz del proyecto, Lars Lindberg Christensen, en una rueda de prensa en la sede de la IAU, situada en París.
Agregó que el objetivo era crear un proyecto inclusivo en el que tanto países grandes como pequeños tuvieran la oportunidad de nombrar más de 200 estrellas y exoplanetas, ya que desde el año 1992 se han descubierto más de 4 000 y la mayoría no tenía nombre aún.
Las normas que propuso la UAU a los participantes decían que el nombre de la estrella y su planeta debían estar relacionados, no podían llevan nombres con tintes políticos, comerciales, militares o religiosos ni de personas que aun estuvieran vivas.
Los nombres que los ciudadanos de cada país han elegido son muy diferentes, “muestran elementos de la cultura de cada lugar, por lo que se ha aprendido mucho”, declaró el director del proyecto, Eduardo Penteado.
Palabras en diferentes lenguas indígenas fueron escogidas por decenas de países, como Ecuador, que apostó por Nenque y Eyeke, que significan “sol” y “cerca” en la lengua indígena de la tribu waorani.
La literatura fue el universo escogido por España, cuyos ciudadanos bautizaron a su estrella y su planeta, respectivamente, Rosalía de Castro y Río Sar, mientras Colombia optó por Macondo, el pueblo que Gabriel García Márquez imaginó para su obra ‘100 años de soledad’, y su personaje principal, Melquíades.
Nicaragua decidió nombrar a la estrella y su planeta con nombres de accidentes geográficos: Cocibolca y Xolotlan, los lagos más grandes del país en la lengua náhualt.
Los estadounidenses también optaron por esta temática, Nushagak y Mulchatna, ríos de Alaska que ahora también son astros.
Otro tema transversal es la mitología, elegida por Chile: Pincoya, es espíritu femenino del agua y Caleuche un barco fantasma en el imaginario del sur del país.
Holanda eligió las obras de grandes maestros. Su estrella se llama Sterrennacht, que significa en holandés La noche estrellada, en referencia a un célebre cuadro de Van Gogh, mientras su planeta es Nachtwacht, La ronda de la noche que se remite a uno de Rembrandt.
“La astronomía hace que las personas se unan, es un proyecto que ha mostrado una gran cooperación internacional”, explicó Jorge Rivero, investigador español y coordinador del proyecto.