En el hospital Metropolitano, la ginecóloga Martha Flores realiza un último eco a la futura madre Eliana Lara. Foto: Diego Pallero/ El Comercio
Cuando una mujer muere por problemas durante el parto, las posibilidades de que el recién nacido fallezca durante el primer año se triplican. También aumenta el riesgo de que el pequeño sufra desnutrición y déficit afectivo.
En el 2011, en Ecuador se registró una tasa de 70 muertes maternas (número de muertes sobre cada 100 000 nacidos vivos). Esta cifra pasó a 60,20 en el 2012 y a 45,71 en el 2013.
Para mantener esa tendencia a la baja, en el Día de la Mujer se realizó una jornada de difusión sobre los cuidados durante el embarazo. El acto forma parte de la campaña Por un Ecuador sin muertes maternas, en la que el Gobierno invertirá USD 5,6 millones este año y que incluye la difusión sobre cuidados durante el embarazo y mayor énfasis en la atención médica.
Es común que la madre sea el soporte económico y afectivo de su hogar, según Verónica Vaca, gerenta institucional de la Estrategia para la Disminución Acelerada de la Muerte Materna, del Ministerio de Salud. La funcionaria considera que esa condición le da responsabilidad en la planificación familiar, con su pareja.
En el país, las principales causas de muerte materna están ligadas a trastornos hipertensivos durante el embarazo (preeclampsia y eclampsia), hemorragias y causas indirectas. Estas últimas tienen que ver con enfermedades preexistentes y con las condiciones de la mujer: si es adolescente o si su embarazo se ha presentado en una edad madura.
Dentro del programa, que tiene el objetivo de reducir la cantidad de muertes maternas, está el Plan de Parto. Se trata de una hoja que toda mujer embarazada debe llenar junto a su médico y en donde se debe hablar de señales de peligro durante la gestación, así como para el recién nacido.
Vaca explica que en este documento se plantean posibles soluciones en caso de emergencia y se ayuda a que la madre sepa cuál es el centro de salud con atención obstétrica más cercano a su casa. También se realiza un plan de transporte para urgencias o para la hora del parto.
Allí se define si la mujer irá a una casa de salud en auto propio, con apoyo de la comunidad o si deberá llamar a una ambulancia, por ejemplo.
Se trata de buscar una reacción rápida para no perder tiempo cuando haya necesidad de atención que no pueda esperar demasiado.
El Plan de Parto no es nuevo en el país, pero Vaca señala que con la campaña se ha fortalecido para que la mujer exija su derecho a atención oportuna.
La ginecóloga Martha Flores, del hospital Metropolitano, considera importante que la paciente tenga confianza con su médico y que haya una buena comunicación entre ambos. Normalmente, si se hacen controles periódicos y si se presta una atención oportuna a las señales de riesgo, un embarazo puede llegar a término sin consecuencias negativas para el feto ni para la madre.
Eliana Lara es una de sus pacientes y tiene programada para mañana su cesárea. Ella empezó a sentir fuertes contracciones pasada la semana 35 del embarazo. Apenas sintió el cambio, alertó a su ginecóloga y ella le prescribió medicación y le pidió hacer reposo. Pese a los nervios por los dolores prematuros, la madre confía en que todo saldrá bien.
En casos como la preeclampsia, el control de la presión arterial es básico para preservar la vida de la madre y el bebé. Silvia Delgado tuvo problemas serios en su primer embarazo y el fin de semana dio a luz a su segundo hijo. A ella la enviaron del Centro de Salud de Nayón a la maternidad Isidro Ayora por ser un embarazo de riesgo. A la hora de su cesárea tenía su presión en 140 y ayer, antes recibir el alta, se estabilizó en 120. Su bebé está sano.
Según el gerente de esta casa de salud, Humberto Navas, para evitar complicaciones en el parto, la madre debe acudir a controles prenatales desde que sospecha que está embarazada y volver periódicamente. Es importante estar alerta a las señales de riesgo, para que el embarazo no se complique incluso en su última etapa.
Hay otros problemas que son detectados en los controles, como polihidramnios. Es una acumulación del líquido amniótico y se evidencia en un crecimiento exagerado del vientre. Le pasó a Sandy Guasanchir, quien está en la Maternidad desde el 13 de febrero.
El ginecólogo Luis Nacevilla explica que se hacen monitoreos fetales dos veces al día, un eco semanal y, según del resultado, se extrae el sobrante. Dará a luz en dos semanas y será una cesárea, porque el bebé no está en posición adecuada.