La monja rapera que le cantará al papa Francisco en Colombia

María Valentina de los Ángeles es una monja colombiana de 28 años que acompañará con un rap el recorrido del papa Francisco por Colombia. Foto: AFP.

María Valentina de los Ángeles es una monja colombiana de 28 años que acompañará con un rap el recorrido del papa Francisco por Colombia. Foto: AFP.

María Valentina de los Ángeles es una monja colombiana de 28 años que acompañará con un rap el recorrido del papa Francisco por Colombia. Foto: AFP.

Usa zapatos deportivos, rapea y ya participó en un reality. Ahora la monja María Valentina de los Ángeles cumplirá el sueño de cantarle al papa Francisco en su visita a Colombia.

Conocida por su alegría y carisma, esta joven bogotana de piel trigueña y baja estatura colabora con la agrupación musical ganadora de un concurso local que eligió el himno que amenizará el recorrido del Papa.

El “premio” es interpretar la canción ganadora, Demos el primer paso, un vallenato pop de poco más de cuatro minutos y que incluye una estrofa rapeada, mientras el pontífice argentino se mueve entre la multitud de fieles colombianos.

Francisco, uno de los impulsores del acuerdo que selló la paz con la mayor guerrilla de Colombia, después de medio siglo de conflicto, estará en Bogotá, Medellín, Villavicencio y Cartagena entre el 6 y 10 de septiembre.

Va a ser “una oportunidad para mostrarle nuestro cariño a través de lo que sabemos hacer, que es música”, dijo María Valentina, de 28 años, quien cantará junto a una veintena de concertistas de la fraternidad Músicos Católicos Unidos (MCU) .

La religiosa se hizo conocida en el país luego de participar el año pasado en el reality 'A otro nivel' , en el que rapeó una canción con tal “naturalidad” que los MCU la invitaron a componer y cantar una estrofa del tema que resultó elegido a principios de agosto como el ritmo oficial de Francisco en tierras cafeteras.

“Colombia te recibe con los brazos abiertos/ a una sola voz te decimos muy contentos/ bendito sea Dios, que en su sabiduría, te ha traído a nuestras tierras para ser su guía”, rapea la monja.

Amante de todos los géneros musicales, si tienen “un contenido bonito y profundo”, destaca el espíritu de protesta del rap, el ritmo con raíces afrodescendientes surgido en Estados Unidos en la década de 1960.

“Lo chévere del rap es que se queda muy fácil en la cabeza y cuando tiene la profundidad de una verdad, que es Cristo, pues es más llamativa todavía”, afirma.

Considera que este género reivindicativo se ajusta a la consigna papal a los jóvenes: “hacer lío”. “Lío en el contexto y en el lenguaje del santo padre es ser diferentes, es ser atrevidos llevando un mensaje de alegría, esperanza, de caridad”, explicó.

Por ello cree que al papa le va a agradar la mezcla de sonidos de Demos el primer paso.

Francisco “es latino, pero nuestra intención más que agradar al santo padre es ser iglesia y que toda la gente lo pueda cantar con nosotros”, agregó.

María Valentina no es una monja tradicional. Dice que por “comodidad” prefiere usar tenis en vez de sandalias. Toca ukelele y en su adolescencia fue guitarrista de rock.

Y además superó el mal de Nash, una enfermedad hepática que le fue diagnosticada cuando niña y que la obligaba a un trasplante de hígado cuando cumpliera la mayoría de edad.

A los 16 años, cuenta, los médicos se sorprendieron porque tras un chequeo rutinario no había rastro de la afección. Atribuyó su sanación a Dios y un año más tarde se convirtió a la vida consagrada, en la que no abandonó su pasión por la música.

“Mi sueño como música es ser una buena religiosa y hacer música es un segundo (sueño). Quiero grabar más y que la gente más que enamorarse de mi voz, se enamore de Jesús”, apuntó.

Además de su reconocimiento como solista, que le permitió grabar un disco titulado 'Dime y dame', la religiosa hace parte de la Comunidad de las Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial, de la Arquidiócesis de Cali.

Esa comunidad surgió tras el pedido de Juan Pablo II a los artistas para que evangelicen a través de sus creaciones.

“En la iglesia hay varios ritmos, hay varias personas que tienen diferentes formas de amar y de alabar a Dios”, señaló la madre superiora, Gabriela del Amor Crucificado.

En la congregación tienen una productora de televisión y un grupo musical, del que hace parte María Valentina, que ha grabado dos producciones discográficas.

“Él (Dios) quiere ser conocido a través de los medios y (...) tiene que hacerse conocer con lo que es tendencia”, afirma María Valentina.

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