Las temperaturas sobre los 30 grados obligan a las personas a buscar espacios para refrescarse, en medio de la pandemia por el covid-19. Foto: AFP
El mercurio seguía subiendo el miércoles 24 de junio del 2020 en Europa, donde una ola de calor provocada por la entrada de una masa de aire cálido de origen africano afecta desde el martes 23 a todo el continente, lo que puede complicar el manejo de la covid-19.
Desde el martes 23, las playas, parques y fuentes de las principales ciudades del Viejo Continente fueron tomadas por asalto, pese a los llamados a respetar el distanciamiento físico para evitar un nuevo rebrote de coronavirus.
En Francia se esperan en la tarde temperaturas de hasta 37°C en el suroeste del país, según la agencia meteorológica, Météo-France, que prevé que esta ola de calor, la primera del verano dure hasta el viernes 26 de junio.
En París, donde hacía un calor sofocante, los termómetros marcaban 31°C antes del medio día. Muchos buscaban refrescarse en las orillas del Sena o en las terrazas de cafés y bares.
Más al norte, en Reino Unido, se prevé que las temperaturas se acerquen, pero no que rompan, el récord de 35,6 °C de junio de 1976.
Esta ola de calor preocupa a las autoridades sanitarias del país, que temen que sea más difícil cumplir con las restricciones impuestas, sobre todo en cuanto al distanciamiento físico en los espacios públicos.
También hay inquietud por los adultos mayores, muchos de los cuales evitan salir a las calles para protegerse del virus y por lo tanto no pueden salir en las horas más cálidas para refrescarse.
“Esto puede hacer más difícil detectar a alguien que está teniendo dificultades y necesitando ayuda”, señaló Caroline Abrahams, directora de la organización benéfica Age UK.
El tiempo va a ser especialmente caluroso en el centro y la mitad sur de España, donde las temperaturas podrían escalar hasta los 36°C, según la agencia meteorológica española (Aemet).
En Portugal, que tuvo picos de calor en varias regiones en los últimos días, las temperaturas comenzarán a caer este miércoles. Se trata de un “episodio corto” que no va a durar, explicó la meteoróloga Cristina Simoes a la agencia Lusa.
El año 2019 conoció canículas y niveles récord de calor, en Europa y en el polo Norte, fenómenos que pueden relacionarse con el calentamiento global producido por la actividad humana.