La joven construyó una carrera en las redes sociales, las cuales para ella no solo fueron una ventana al mundo, sino su trabajo. Foto: Instagram/ Essena O´Neill.
El perfil en Instagram de Essena O´Neill parece el de una estrella de Hollywood. Paisajes perfectos, cuerpo tonificado, rostro impecable y sonrisas son componentes repetidos en las fotos de la joven australiana. Pero ahora ha decidido confesar su verdad: nada de lo que se ve es real.
El 27 de octubre pasado, la joven de 18 años anunció que se retirará de la red social, lo hizo con una ilustración que dice “somos una generación de cerebros lavados”.
Para sorpresa de muchos de sus seguidores –más de 175 000 en Instagram- eliminó 2 000 fotos que solo sirvieron para “autopromoción”, explicó en una publicación en su perfil. “Me he pasado la mayoría de mi adolescencia siendo adicta a las redes sociales, a la aprobación social, la condición social y mi apariencia física”, escribió.
En las fotos que quedaron, O´Neill ha ido modificando la descripción de cada foto y revelando la verdad de cada instantánea. Por ejemplo, en la que aparece sonriente con el rostro totalmente limpio y con aspecto natural escribió: “Yo tenía acné, es un montón de maquillaje. Yo estaba sonriendo porque pensé que me veía bien. La felicidad basada en la estética va a asfixiar su potencial aquí en la Tierra”.
Además, sus cuentas en otras comunidades virtuales como Tumblr y YouTube también son una sensación. Con una pose casual, viendo hacia el horizonte aparece Essena con el cabello recogido un top negro y unos jeans; en el fondo, el mar azul y un cielo totalmente despejado. “No es la vida real”, advierte. Le pagaron para promocionar el atuendo que viste.
La joven construyó una carrera en las redes sociales, las cuales para ella no solo fueron una ventana al mundo, sino su “trabajo”. Ella hacía dinero con estas ya sea por publicidad o modelando.
Pero -como dijo- está cansada de todo eso. Por ello, creó una página web para explicar su mentira y ayudar a adolescentes que viven pendientes de los ‘likes’ en redes sociales. “Puse mi valor en números, no en la vida real de la gente, en los momentos o en mi pasión natural por el arte”, explica en uno de los videos colgados en el portal Let´s be game changers (Vamos a cambiar el juego).
Ella aconseja a los jóvenes de su edad que dejen de compararse y que aprecien su individualidad. “Estoy tan agradecida de pensar en la cantidad de hombres y mujeres jóvenes que puedan ver este movimiento y dejar de limitarse por las ideas artificiales de la felicidad en línea”, concluye en un post de su página.