¿Hasta qué edad deben dormir en la cama de los padres?

Hijo que duerme con sus padres.

Hijo que duerme con sus padres.

Hijo que duerme con sus padres.

Enseñar a sus hijos a dormir en su propia cama, en un cuarto aparte, no es tarea fácil. Muchos padres, para evitar que el pequeño llore, lo llevan a su cama, o caso contrario, estos van hasta el cuarto de sus hijos y duermen junto a ellos.

Aunque para algunas personas no importa el tiempo que el niño se tome hasta querer dormir solo, el problema está en que se acostumbre y convierta en un hábito el dormir junto a padre y madre, afirma la psicóloga Alejandra Ballester, además, podría repercutir en su personalidad haciendo que pierda la seguridad en sí mismo en un futuro.

Pasados los tres años, es importante que el menor tenga su independencia a la hora de dormir para que desarrolle su autonomía y los padres también puedan gozar de su privacidad. Además, es una forma de que vayan asimilando la separación a la que se enfrentarán al ir a la guardería. "No hay que obligar al pequeño, pero si establecer rutinas para que el proceso sea más fácil".

Algunos expertos señalan que el bebé debe dormir en su cuna desde un inicio, pero puede haber excepciones, como cuando el pequeño esté enfermo y sus padres necesiten observarlo de cerca o si se despierta por las noches por miedos o pesadillas.

En estos casos, explica la psicóloga, se recomienda escuchar a su hijo y calmar sus temores, pero después deben llevarlo nuevamente a su cama, para que así aprenda a superar sus miedos.

Otros estudios revelan que la edad promedio para mudarse a su cuarto propio es a los cinco años y con la compañía de los padres hasta conciliar el sueño. A los siete, por otro lado, empiezan a ser más independientes y ya no necesitarán de la ayuda de papá y mamá, señala Mónica Serrano, en el sitio especializado para el cuidado de bebés, elbebe.com.

El espacio es otro de los determinantes para que el pequeño tenga su propia cama, explica Ballester. Cuando todavía es pequeño, puede dormir cómodamente junto a sus padres, pero su crecimiento, es un indicador de que debe tener su propio sitio.

“Es un error de los padres el instalar una cama auxiliar a su lado, como solución temporal”. Es por eso que es importante acompañar al pequeño en este proceso, que aunque en un principio puede ser difícil, irá ganando la independencia que necesita en el futuro.

Además, existen otros riesgos como el ahogamiento, el aplastamiento o las caídas. Por esto, la Asociación Española de Pediatría no recomienda que los menores de seis meses, y menos aún de tres, duerman en la misma cama de sus padres. Lo más adecuado en esta etapa, según especialistas de la organización, es que duerman en la misma habitación para poder monitorearlos, pero se recomienda que lo hagan en su cuna.

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