Socializar con otros niños de la misma edad, durante el fin de semana, ayuda a los chicos para que no se acostumbren a estar solo con su padres y que el regreso a clases sea más llevadero. Foto: Archivo EL COMERCIO
Después de unas largas vacaciones, es difícil retomar los hábitos necesarios para empezar el año lectivo. Es por eso que es necesario volver a incorporar las costumbres de la época escolar para que los niños puedan tener un rendimiento adecuado.
No solamente las horas de descanso cambian, también la alimentación y la forma de distribuir el tiempo para diversas actividades recreativas. En base a esto la psicóloga educativa Daniela Serrano, recomienda distribuir adecuadamente las tareas desde el momento en el que el niño llega al hogar.
Llegar al hogar, sacarse los zapatos y lavarse las manos debe ser lo primero que haga el niño antes de sentarse a la mesa a almorzar. Se recomienda destinar entre 15 y 20 minutos después del almuerzo para el descanso.
Es importante que una vez que terminó el tiempo de distracción, empiece con sus tareas ya que si espera mucho tiempo, el niño estará cansado y perderá la concentración.
La psicóloga recomienda que los padres monitoreen estas actividades, pero no se sienten a hacerlos ya que esto acostumbrará al pequeño a contar con su ayuda siempre. Solamente deben estar presentes para guiarlos con las instrucciones y controlar el tiempo.
Las tareas deben realizarse en un sitio específico y sin la presencia de distractores. Esto permitirá que se concentre en terminar a tiempo y que tengan un lugar establecido donde saben que se van a dedicar solamente a asuntos relacionados con la escuela.
Según Serrano, el tiempo que se debe destinar para estas actividades depende del año en el que se encuentre el menor. Por ejemplo, si está en primer grado se recomienda destinar diez minutos para la culminación de las tareas, en segundo grado 20 minutos y de esta forma, el tiempo va incrementando hasta sexto curso donde se estima un período de dos horas.
Una vez terminados las obligaciones escolares, es tiempo para incentivar actividades recreativas o deportivas.
Se recomienda que la cena no incluya alimentos dulces o con altos niveles de azúcar ya que estos no contribuirán a que el niño pueda descansar durante la noche.
Es importante dedicar 15 minutos antes de dormir para incentivar las habilidades de lecto comprensión y el repaso de los temas aprendidos, como un estímulo a través de la lectura de cuentos. La psicóloga recomienda ocho a diez horas de sueño para que puedan tener un buen desempeño académico, es por eso que a las 20h00 ya deberán estar en la cama.
La siesta solamente debe darse en la etapa de guardería y pre kínder, pero después de esto se convierte en un problema ya que descansan en la tarde y ya no lo hacen en la noche.
Serrano recomienda implementar estos hábitos como una rutina que sea practicada todos los días para que los niños puedan comprender y retomar el ritmo que exige el período lectivo.