Sin duda los jóvenes de este nuevo milenio se asombran cuando escuchan de boca de sus abuelos, e incluso de sus padres, que en “su época”, quienes se quedaban solteros eran vistos como personas con una mala suerte terrible, porque no habían podido conseguir una pareja para formar un hogar.
Tenga en cuenta otras clases de soltería
Solteros egocéntricos:
Son aquellos que no están dispuestos a compartir nada con una pareja, ni dinero ni tiempo ni preocupaciones y peor aún los problemas que consideran ajenos.
Solteros
tímidos
Son los que conviven con su propia soledad porque les cuesta mucho hacerse visibles en entornos sociales y tienen pánico a hacer el ridículo al no ser aceptados cuando intentan un acercamiento
Solteros amargados:
Estos sí que están atormentados y viven su soledad y frustración como una enfermedad, soñando a escondidas con que alguien les quiera. Acumulan agresividad y envidia frente a quienes llevan una existencia feliz.
solteros
picaflor:
Le tienen horror al compromiso y a la fidelidad eterna. Se sienten infieles por naturaleza e incapaces de vivir para una sola persona. Rompen continuamente sus relaciones pero no se sienten mal por ello.
Les es difícil pensar que esos “pobres” hombres y mujeres eran considerados como perdedores, como infelices e incapaces de conseguir alguien que les quiera. ¡Qué absurdo!
Hoy, a la mujer que no se casa nadie le dice que se ha quedado para vestir santos y al hombre que permanece soltero nadie le considera como raro y hasta peligroso, porque “debe tener muchas mañas”. El despectivo término solterón o solterona ha dejado de ser un término agresivo como en el pasado.
Esa pasada actitud nació de la propia etimología de la palabra que posee un matiz negativo, pues “soltería” proviene del término latino que significa “solitario”, “desamparado”, muy lejano al término utilizado en la actualidad para denominar a quienes no se han emparejado todavía: singles, que no solo no es negativo como término, sino que hasta es glamoroso.
Y es que en la actual sociedad los solteros han dejado de ser personas aburridas y carentes de motivaciones, se los considera más bien como gente muy interesante y afortunada porque, al no tener mayores responsabilidades familiares, pueden viajar por el mundo y vivir una existencia más cómoda y darse muchos gustos.
Además, el cambio producido en la sociedad con relación a la mujer, ha permitido que ellas permanezcan solteras – pues no es necesario conseguir un marido que las mantenga- se conviertan en profesionales y posean una independencia económica que no las obliga a vincularse a una pareja solo por ello.
Por tanto, el soltero del siglo XXI no es un hombre triste, apagado, que se pasa encerrado en su casa mirando la tele o leyendo libros sin un perro que al menos le ladre y la soltera de este siglo no es la mujer que perdió el tren y tendrá que resignarse a la soledad y a la tristeza de por vida.
Cada vez más personas eligen la soledad como estilo de vida y los estudios realizados demuestran que mucha gente opta por vivir sola, porque considera que es lo que les conviene.
Lo que sucede es que finalmente se ha llegado a la conclusión de que la soledad no tiene por qué ser necesariamente algo negativo, pues cada situación individual de hombres y mujeres en el mundo entero será negativa o positiva dependiendo de cómo se viva y qué se busca de la existencia.
En su libro ‘Single out’ (sobre cómo la soltería es estereotipada, estigmatizada e ignorada pero quienes la practican viven felices para siempre), la doctora Bella DePaulo hace una clasificación interesante de los diferentes tipos de soltería que hoy existen, dependiendo de las consideraciones culturales, sociológicas y psicológicas de estas personas que son cada vez más numerosas y no están dispuestas a unirse a nadie.
Tipos de soltería
1. Los solteros convencidos. Aquellos que están satisfechos de su situación y canalizan sus energías hacia su profesión, actividades humanitarias, su religión, la ciencia. Si bien en ocasiones esta convicción proviene de fracasos amorosos, también se dan los casos de aquellos que están convencidos de que la vida en pareja no va con la libertad.
2. Los perfeccionistas: Son los solteros exigentes que no encuentran a nadie con las características necesarias para llevar en pareja una vida que les satisfaga y le permita desarrollarse de manera individual.
3. Solteros aventureros. Se sienten atraídos por las aventuras, los viajes exóticos y deportes alternativos. Se emparejan siempre y cuando esa persona esté dispuesta a compartir tales aventuras.
4. Solteros autosuficientes: Independientes hasta la médula, disfrutan de la soledad como nadie, ven a cualquier clase de compañía como un estorbo.
5. Los resignados: Son aquellos que responden que sí son felices cuando les preguntan por su soltería y dicen que no necesitan de nadie pero, en la intimidad, llegan a confesar amargura porque se sienten muy solos; generalmente esto se produce luego de fracasos amorosos.