El reelecto prefecto de Azuay, Paúl Carrasco y la viceprefecta, María Cecilia Alvarado, se posesionaron la mañana de este jueves 15 de mayo del 2014, en un acto público en el parque de San Blas, en el centro de la capital azuaya. Le acompañaron unas 2 000 personas entre familiares, colaboradores, simpatizantes, amigos, autoridades, exasambleístas…
Hubo un sol intenso que por ciertos momentos incomodó a los asistentes. Cinco campesinos, indígenas y mestizos tomaron el juramento al binomio en medio de los aplausos y de frases de respaldo a Carrasco y Alvarado, de la alianza Participa-Ruptura-Igualdad.
La Viceprefecta presentó el telón de tres metros por tres con la primera letra de Azuay tejida por artesanas de la provincia. Según ella, esto simboliza el inicio de un trabajo participativo con la gente para consolidar el desarrollo de la provincia. La palabra completa estará lista al cumplir los cinco años de esta administración, dijo Alvarado.
El discurso de Carrasco demoró casi una hora y habló de los derechos y libertades que tienen los azuayos y ecuatorianos para pensar y hablar como parte de la libertad de expresión. También del respeto a las ideologías y a organizarse como movimiento o partido político.
Fue duro y tajante al referirse a la minería a gran escala y se autoconsideró un defensor de la naturaleza hasta la muerte. “Estoy convencido de que el agua por ser fuente de vida está primero, antes que el oro”, insistió para referirse a los dos proyectos mineros de interés nacional que están en territorio azuayo y que defiende este Gobierno.