El mundo cristiano recuerda con alegría y esperanza la venida de Jesús a la tierra. Si algún mensaje sigue vigente hasta hoy es, precisamente, el que Cristo predicó hace más de dos mil años. Amor, perdón, caridad, fe, son algunas de las acciones que Cristo nos pide practicar en nuestra vida diaria.
Sin embargo, qué lejos estamos de todo esto. El mercantilismo, el odio entre pueblos, la guerra, los tiranos, el consumismo, el egoísmo, la misma política al servicio de los perversos, hace que el mensaje Divino quede en segundo plano.
Nunca es tarde para un cambio, hagámoslo primero dentro de nuestros corazones.