El maltrato a la mujer desde el arte

Una mujer desnuda y una mujer que es golpeada. Otra, con la boca cocida. Mujeres con moretones. Mujeres asesinadas. 32 artistas, de cuatro generaciones, afrontan la violencia de género desde el arte, ofreciendo visiones que mantienen actual este tema.

Las artistas que integran el Salón de la Mujer 2011 ‘Mujeres del silencio’ están entre los 20 y los 60 años. La muestra está instalada en la pinacoteca Manuel Rendón Seminario, se abre de lunes a viernes, de 10:00 a 17:00.Uno de los trabajos más llamativos es ‘Calladita te ves más bonita’, de Rosy Revelo. Este collage, de técnica mixta, compila 24 fotos de mujeres con la boca cosida. Otro trabajo que mezcla formatos es ‘Huellas de la memoria’, de la artista española Verónica Muñoz. Su obra compila 22 fotos con testimonios de mujeres agredidas de Ecuador, Colombia, Marruecos, Polonia, Uruguay...

La mujer ha recorrido –asegura Muñoz- un camino en busca de un discurso propio. “Pero aún se manejan simbolismos, en lugar de ser más críticos. El tema se lo toma diferente de acuerdo con la edad, la cultura, la influencia de los medios”.

La curaduría de la muestra está a cargo de María José Félix. “La muestra refleja cuatro generaciones de mujeres. Se nota la diferencia sobre todo porque las más jóvenes son más arriesgadas, más crudas, más vívidas en sus trabajos. Ellas se atreven a hablar más abiertamente”.

Algunos trabajos incluyen una visión ritual del trato a la mujer en otras culturas. Por ejemplo, ‘Mujeres de Myanmar’, reproduce una cabeza con los tatuajes que se les hace a las mujeres de esa región de Birmania. Verónica Rivas cree que sin importar la edad, las mujeres están unidas al tema de la muestra por ser mujeres. Su trabajo ‘Mi proceso creativo’ está basado en una noticia sobre el asesinato de dos mujeres. Se trata de una instalación que emplea cuchillos y un maniquí desmembrado para graficar ese crimen.

“Todas quienes estamos en esta muestra tenemos formas diferentes de expresarnos. Algunas lo hacen con más sencillez, otras con mayor expresividad. Tiene que ver con el temperamento”.

El tema de la violencia –dice Noemí Cabrera - es algo universal entre nosotras. “Esto es algo que no se acaba. Se viene dando desde la época de los cavernícolas hasta ahora”. Su trabajo, ‘Historia sin fin’, es una instalación que emplea un rollo de fotos desplegado sobre los muros del salón, mostrando desde imágenes de rostros golpeados, hasta la mujer como objeto en la publicidad.

Suplementos digitales