Que desde enero del 2014 se suspenda el servicio de alimentación en los entes gubernamentales me parece una buena noticia, ya que esos 800 millones pueden ser usados en obras para la comunidad. Ya salieron al paso los dirigentes que creen lo contrario; en todo caso pueden mantener los contratos de catering pero el costo lo tendrían que descontar de su rol, y así las plazas de trabajo de la gente que trabaja en esta rama de la gastronomía no se verían afectadas. Esperemos que no hayan reclamos por el valor, ya que de haberlos solo se estaría confirmando que cualquier cosa gratis es mejor que pagada, sin importar la calidad. En todo caso, aplaudo la iniciativa.