Libre comercio con México

“México lejos de Dios y muy cerca de los EE.UU” dijo alguien. Quizá por eso la dependencia de sus exportaciones llega al 80%, mientras Trump no le imponga aranceles desconociendo los compromisos de la Organización Mundial de Comercio pactados durante 70 años. El Tratado de Libre Comercio con EE.UU. y Canadá ha empujado el crecimiento de la producción mexicana, aunque dentro de sus 124 millones de habitantes hay 52 millones de pobres porque la competitividad ha dependido de los salarios bajos del trabajador, ya que “el capitalismo no funciona para todos”. (Ravallion).

Por esto el Presidente López Obrador quiere entregar poder adquisitivo a los pobres para conectarlos con el crecimiento económico y redistribuir sus frutos. Este es el contexto que va a encontrar el Ecuador cuando, sin poder de negociación, tenga que acordar el libre comercio con México, por imperio del pre-requisito para ingresar a la Alianza del Pacífico.

Supongo que gobierno y empresarios ya están estudiando la potencialidad de la producción ecuatoriana para entrar al mercado mexicano en reciprocidad a la apertura de su mercado, a fin de revertir la balanza comercial negativa y obtener más dólares para tener con qué importar, más aún cuando el gobierno ha bajado en 30% la meta de la oferta exportable de petróleo hasta el 2021, cuando más bien la política debe ser explotar ahora porque en el largo plazo el precio del petróleo bajará por el aumento de los automotores eléctricos.

De otro lado, debido a la desgravación ecuatoriana deberán bajar los precios de los productos mexicanos en favor del consumidor ecuatoriano, pero esto no siempre sucede porque algunos grandes importadores hacen uso abusivo del poder del mercado y pactan monopolios u oligopolios para imponer precios en perjuicio del consumidor. Esto ya ha sucedido en Ecuador durante dos décadas con las importaciones de productos de papel desde Colombia.

México querrá aumentar las exportaciones de las empresas que producen automotores con capitales de EE.UU., Francia, Alemania, Corea, Japón, entre otros, aunque en algunos casos las multinacionales deciden vender desde otros países como una firma que exporta desde Brasil al Ecuador automotores con rebaja de aranceles de partes y piezas para el ensamblaje, pero todo esto puede variar con el auge de los automotores eléctricos. Estas políticas también se pueden dar en producciones metalmecánicas, línea blanca, productos farmacéuticos, insumos industriales, zapatos deportivos, bienes electrónicos modernos, pues en estos casos las multinacionales deciden desde dónde exportar en función de su conveniencia tributaria. Por eso definir las reglas de origen es importante.

Ojalá los beneficios sean mayores que los perjuicios, teniendo en cuenta que nuestra apertura acordada con la Unión Europea será un referente válido.

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