A la actual Asamblea saliente hay que señalarle como la responsable si aquí se pone en riesgo la dolarización. La gente debiera reflexionar sobre la necesidad de blindar sus recursos que están en el Banco Central( BC), que no son de ningún gobierno sino de tres fuentes: ahorros de los clientes del sistema bancario privado, del seguro social y de los gobiernos seccionales y empresas del Estado.
Un gobierno no puede creer que el Banco Central sea su caja chica para tomarse los recursos, que no le pertenece. Por ello los asambleístas tienen la obligación de tramitar el proyecto de fortalecimiento de la dolarización. Debatirlo, si es del caso reformarlo, mejorarlo y aprobarlo. No boicotear porque el país tendrá que señalarles como los responsables si no actúan hoy. No puede el CAL (órgano administrativo) tornarse en una mini Corte Constitucional para calificar un proyecto y su mayoría, parte vinculada a AP, resentidos con su gobierno saliente porque el movimiento fracasó en las últimas elecciones, no obtuvo escaños en la nueva Asamblea y podría desaparecer. No pueden burlarse y hacer el juego con irresponsabilidad.
No deben confundirse los conceptos de los recursos del público y los recursos públicos. Los primeros son sagrados de los usuarios de bancos y cooperativas y no se pueden tomar para el uso político de un régimen. Resulta una falacia decir que los dineros en el BC están ociosos y por eso se deben tomar para cumplir con plata ajena una oferta de campaña electoral y poner en riesgo esas reservas. El BC solo es depositario de esos dineros.
El país necesita vacunarse, estabilidad económica y social, cuidar la dolarización que la población defiende, más allá de cualquier acuerdo con el FMI. Lo peor que pudiera pasarle es ponerla en riesgo para volver a la administración de una moneda local, la circulación de dinero electrónico y papeles sin respaldo. En 21 años de vigencia, ha dado confianza y ha mejorado la situación de la gente. ¿Quisieran apoyar la salida de la dolarización? Simbabue (África) es un mal ejemplo. Vivió en dolarización y les dio estabilidad, pero su dictador Robert Mugabe, que gobernó casi 37 años, llevó a la desdolarización, su Banco Central creó dinero electrónico, se disparó hacia la hiperinflación y se profundizó la pobreza.
Venezuela está inundada de billetes que no valen nada en la práctica. Día a día se devalúa su moneda y la revolución bolivariana del socialismo del siglo 21 le ha llevado a una situación de miseria. La moneda local pierde su valor hasta llegar a hablarse de millones que no sirven para nada, con una enorme inflación. Por ello el salario se ha pulverizado. Equivale a 4 dólares. Basta preguntar a los millones de venezolanos que salieron despavoridos de su país y hoy deambulan por Ecuador y la región. ¿Eso quieren?